Bilbao - La nueva Termibus, que será inaugurada hoy y entrará en servicio el viernes, llega con etiqueta verde y de eficiencia energética. Bilbao Intermodal utilizará un sistema de geotermia integrado para aprovechar el calor de la tierra y conseguir un ahorro del 40% en el proceso de climatizar sus instalaciones para mantener una temperatura uniforme, alrededor de veinte grados, sea la época del año que sea.

“Es un sistema bastante novedoso en Bilbao”, define Asier Abaunza, concejal de Obras y Planificación Urbana, encargado de supervisar la construcción de la terminal de autobuses en su última fase. El ahorro energético se basa en aprovechar la temperatura estable de la tierra que está por debajo del vaso sobre el que está construida la estación de buses.

Abaunza detalló que “no somos Islandia o Noruega, donde sus terrenos son muy calientes por la presencia de aguas termales y géiseres, pero es cierto que aquí tenemos un subsuelo que se mantiene fresco todo el año, en torno a los trece o catorce grados en la profundidad a la que se ha excavado la estación, un gradiente que permite reducir el gasto energético de climatización de las instalaciones construidas por arriba”.

El concejal explicó cómo “la clave está en que empezamos de esa base de catorce grados, bien para calentar las instalaciones en invierno o para refrigerarlas en verano. Por lo tanto, el aporte de energía necesario es mucho menor para cubrir la diferencia de temperatura que se necesita en la estación, un ambiente agradable para los usuarios que estará en torno a los veinte grados de enero a diciembre”.

¿Y cómo será posible lograr esa eficiencia energética? La fórmula utilizada ya fue prevista en el proyecto constructivo que la sociedad concesionaria presentó al Ayuntamiento. Una vez que se llegó al fondo del gran agujero excavado en la parcela de 80 por 140 metros donde se encontraba la antigua Termibus, se extendió una tupida red de tuberías que están en contacto directo con el terreno. La gran canalización entrelazada fue cubierta por material aislante y por encima se construyó la gran losa de hormigón que hace las veces de suelo de la planta más baja, la situada en la cota -4.

Todos esos colectores horizontales están llenos de miles de litros de agua en circulación, que mantienen el calor que les aporta la tierra y que se derivan a un gran depósito o bomba de calor geotérmica ubicada en la planta -1, justo debajo de la rampa por la que bajarán los autobuses a la estación. Asier Abaunza explicó que “este gran almacén de agua hace las veces de intercambiador de calor, lo que nos permite llegar a ese mínimo de 20 grados a las instalaciones, dando estabilidad a la temperatura que aporta el suelo mismo”.

En definitiva, la instalación es similar a los suelos radiantes que se colocan en algunas viviendas para calentarlas, pero que al utilizar agua con temperatura estable puede usarse tanto para generar calor como frío.

Esta intervención municipal con espíritu medioambiental no va a ser única. El concejal de Obras y Planificación Urbana desveló que “desde el Ayuntamiento, a nivel general, estamos en esa dinámica y también es un tema que está implementado en la redacción del Plan General de Ordenación Urbana en tramitación: apostar por las energías renovables y la eficiencia energética dentro de los objetivos de desarrollo sostenible de la ciudad”.

Por ello, por ejemplo, en los presupuestos municipales presentados para 2020 ya está previsto que en los edificios universitarios que se construyen en Zorrotzaurre también haya partidas para aprovechar el calor del terreno, con el fin de pagar menos factura energética.