Alas 6.18 de la mañana de ayer varios cientos de viajeros se agolpaban ante los paneles informativos de La Paloma. “Todos querían saber si su vuelo estaba afectado por la huelga”, relata Laura que tomó a las 7.05 un vuelo fletado por Vueling para ir de vacaciones con sus padres a Lanzarote. “Al final hemos salido con un retraso de unos quince minutos, pero todo normal, aunque se veían ya vuelos cancelados cuando hemos ido a embarcar”, relató una vez en su destino. Laura fue una de las afortunadas que esquivó los efectos de la huelga protagonizada por el personal del Aeropuerto de Bilbao, al estar el 100% de las rutas a las islas protegidas. No ocurrió así con cientos de pasajeros cuyos vuelos fueron cancelados incluso 48 horas antes de su salida.

“Hemos tenido una mañana muy agitada”, reconocieron desde el despacho de atención al cliente de Iberia, ya que, aunque la compañía había avisado a sus clientes de la suspensión de vuelos por correo electrónico, muchos desconocían el conflicto y su repercusión cuando llegaron a la terminal. Era el caso de Iñigo que reconoció en la cola ante la oficina de Vueling que “no me he enterado de la suspensión del vuelo a Barcelona. Espero que me den ahora una solución”.

A otros viajeros no les había llegado notificación alguna, pero desde la mañana buscaban una alternativa. En esa circunstancia se encontraba Andoni, un joven de Galdakao que ha pasado unos días de vacaciones con sus padres y tenía que tomar el vuelo de la tarde de las 19.00 de Iberia para enlazar por la noche con otro avión a Lima, camino de Santiago de Chile, donde trabaja. “Ya habíamos previsto que me bajara mi aita en coche hasta Barajas, pero finalmente me han dado como opción retrasar 24 horas mis conexiones y he aceptado”, relató resignado.

Una resignación que desde la Asociación de Consumidores y Usuarios en Acción-Facua Euskadi no contemplaban como única solución. De hecho, la asociación instó ayer a Aena “a resarcir los daños provocados a los viajeros” en caso de perder el vuelo o por un retraso importante a consecuencia de la protesta laboral.

La autoridad aérea, explicaron desde Facua-Euskadi en una nota de prensa, debe indemnizar a los usuarios afectados por la pérdida de vuelos de conexión y de noches de hotel, los desplazamientos desde y hacia ellos o el alquiler de coches que tuvieran contratado, así como cualquier otro daño, con independencia de su naturaleza, que sufran los viajeros.