Bilbao - Las instituciones trabajan ya en el tratamiento aéreo experimental con el que hacer frente a la enfermedad que afecta a los pinos. Técnicos de los gobiernos vasco y español celebraron ayer una jornada de trabajo para avanzar en esta prueba, que se realizará en los próximos meses en una superficie de 1.050 hectáreas.

A finales de febrero, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación denegó la solicitud hecha por las tres diputaciones forales para realizar un tratamiento aéreo con óxido cuproso contra la enfermedad de los pinos, que afecta al 25% de la masa. Las instituciones vascas, que han recurrido ya la decisión de Madrid, tomaron la decisión de iniciar un tratamiento de forma experimental.

Defienden que, como tratamiento coyuntural y ante un hecho excepcional, el cobre es el único producto sobre el que hay datos científicos que avalan su capacidad para detener la banda marrón, capacidad confirmada por las Agencias Europeas de Protección de Plantas (EPPO) y European Food Safety Authority (EFSA).

Teniendo en cuenta los resultados de estos informes, las experiencias internacionales y que se trata de un producto que se utiliza ampliamente en la agricultura ecológica, Neiker, en colaboración con las diputaciones forales; técnicos del departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno vasco y del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; la Agencia Vasca del Agua URA y la UPV desarrollarán un proyecto experimental de tratamiento que se realizará en los próximos meses en una superficie de 1.050 hectáreas. Durante la prueba piloto, se evaluará la eficacia y efectos del mismo para avanzar en su conocimiento de cara a su posible utilización de manera más amplia a partir del año 2020.

En esta prueba de tratamiento aéreo, que se realizará en los tres territorios, tomarán también parte expertos de Nueva Zelanda.

Precisamente el pasado miércoles, el ministro de Agricultura, Luis Planas, explicó que el Ejecutivo de Madrid denegó la petición del Gobierno vasco para realizar un tratamiento aéreo por los efectos negativos que puede tener sobre la naturaleza y sobre la salud de las personas, y defendió como “más adecuado” el abordaje terrestre de la enfermedad. “Comprendemos la posición de las instituciones vascas y somos solidarios con el sector maderero pero ha sido una decisión técnica”, argumentó el ministro en una visita a los laboratorios de Azti en Derio junto al viceconsejero vasco Bittor Oroz. “Se deben adoptar las decisiones teniendo en cuenta no solo el objetivo de la fumigación, sino también sus efectos secundarios”, dijo.

Oroz, por su parte, explicó que “el Ministerio nos planteó diseñar un tratamiento aéreo experimental amplio y lo haremos este año”, con el objetivo de “comprobar lo que hemos presentado en documentos”. - A. Atxutegi