cOMO si de un viaje en el popular Delorean de la película Regreso al futuro se tratase, Sondika retrocederá en el tiempo el 30 de marzo, sábado. Un viaje a los caseríos y las amplias campas previos al crecimiento urbanístico. El Ayuntamiento, junto con la Fundación Labayru, ha creado una película documental titulada Sondika; txori hegalarien habia, una producción que recoge imágenes, por ejemplo, de principios del siglo XX. Además, vecinos de avanzada edad han prestado sus testimonios con el fin de acercar más aún el cambio de Sondika en los últimos años.

Se trata de “una mirada hacia nuestra historia reciente, un ejercicio de memoria pero también, y sobre todo, un homenaje a quienes con trabajo y sacrificio construyeron lo que somos hoy”, avanzaba el alcalde, Xabier Zubiaur, acerca del largometraje que será emitido en dos sesiones en la kultur etxea. La primera de ellas, a las 18.00 horas, en euskera, y la segunda a las 19.30 en castellano. También se reproducirá en la escuela pública Gorondagane. Las invitaciones se pueden recoger en la biblioteca.

Rafael Goikoetxea es una de las personas que puso su granito de arena compartiendo anécdotas. A sus 90 años, vive en la misma casa en la que nació y se crió, el caserío Iñarratza. “Recuerdo perfectamente cómo era el pueblo antaño. Es una pasada ver cómo ha evolucionado”, declara. Habla de un importante punto de inflexión en el desarrollo del municipio: “Todo cambió cuando construyeron el aeropuerto. Este lugar, que delimita con Asua y Erandio, era el núcleo central, donde estaban la iglesia y la mayoría de las casas, que entonces eran más bien baserris, por su tipología”, describe. Con el desembarco del aeródromo, “hubo muchos vecinos que decidieron mudarse a otras localidades o a otras zonas como el entonces barrio de Goiri, donde está actualmente construido el núcleo urbano de Sondika”.

Nuevos vecinos La industrialización también jugó un esencial rol en la evolución de Sondika, ya que, además de dar trabajo a gran parte de su población, motivó la llegada de nuevos vecinos. De igual manera, trajo consigo la habilitación del ferrocarril. “Venían trenes llenos de gente de sitios como Barakaldo y Sestao a trabajar aquí. Yo, por ejemplo, trabajé durante más de cuarenta años en una empresa de Asua y me acuerdo que seríamos cerca de 900 los trabajadores de la plantilla”, rememora.

Echando la vista a sus épocas de juventud, Rafael relata varias anécdotas anteriores a la edificación de la plataforma de vuelo. “No se me ha olvidado. Aquí al lado, donde estaba la iglesia, había una enorme campa de hierba totalmente plana en la que cabían perfectamente tres campos de fútbol. Sería 1944 o 1945. Un día estábamos jugando ahí, cuando divisamos un avión que volaba muy bajo. Creíamos que iba a chocar con la iglesia y no fue así de puro milagro. Al final y por suerte, acabó aterrizando en una enorme campa de trigo situada en Erandio Goikoa. Al de poco tiempo también ocurrió algo parecido pero aquella vez terminó por llegar a tierra en Barrika”, relata con un punto de nostalgia.

El tener la oportunidad de formar parte de un proyecto tan ilusionante y tan bonito como lo es el doumental Sondika, txori hegalarien habia es algo que ha hecho a las personas como Rafael vivir una experiencia de la que enorgullecerse y rememorar sus épocas de juventud. “Es un detalle que se hayan acordado de nosotros para participar en el largometraje. A mí, personalmente me hace mucha ilusión porque podeos contar cosas de unos años de los que guardo un gran recuerdo y va a ser muy bonito poder ver imágenes de entonces”.