Barakaldo - La Fundación Miranda ha presentado un recurso contencioso administrativo contra la Corporación municipal del Ayuntamiento de Barakaldo a causa de la aprobación en el pleno del pasado mes de septiembre de una moción presentada por la asociación Babestuz.
Dicha moción pedía, entre otras medidas, que el Patronato de la Fundación Miranda aprobase el despido del actual gerente de la fundación, Rafael Carriegas, y que, tras ese despido, los patronos no natos -todos a excepción de la alcaldesa de Barakaldo y el obispo- presentasen su dimisión. Además, este documento también manifestaba que la viabilidad de la fundación no pasaba por la precarización de las condiciones laborales de la plantilla, instaba a la fundación a remitir a la Protectora de Fundaciones del Gobierno vasco los últimos acuerdos alcanzados y preveía la creación de una Mesa de Trabajo municipal para abordar la situación de la Fundación Miranda, órgano que desde octubre ya ha mantenido varias reuniones. Esta moción contó con el apoyo de PNV, PSE, Irabazi Barakaldo y EH Bildu y el voto en contra del PP.
Una vez el pleno fabril dio luz verde a la moción, la Fundación Miranda ya advirtió de que estudiaría tomar medidas legales contra dicha resolución plenaria. Finalmente, en la jornada de ayer llegaron las citaciones judiciales a los cuatro grupos políticos que apoyaron la moción. Tras llegar la información a la Alcaldía fabril, la alcaldesa y patrona de la Fundación Miranda, Amaia del Campo, convocó en la mañana de ayer una Junta de Portavoces para, de este modo, acercar la situación a los diferentes grupos políticos con representación en el pleno fabril. En dicha reunión, Del Campo fue tajante en sus afirmaciones e indicó que “el Ayuntamiento irá al juzgado a defender la democracia y la libertad de los partidos de luchar por los intereses de Barakaldo y de sus vecinos y vecinas”. De esta manera, se vive un nuevo desencuentro entre la Fundación Miranda y el Ayuntamiento de Barakaldo, una tensa relación que, finalmente, puede desembocar en los tribunales. - Miguel A. Pardo