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Un rebuzno de ayuda para los criadores de Burros de las Encartaciones

Aclimatados a una orografía escarpada, ahora persiguen esquivar la amenaza de extinción, y en esa línea trabaja la Federación de Criadores de Burros de las Encartaciones de Euskadi con el concurso que estrena la feria de Gordexola

Un rebuzno de ayuda para los criadores de Burros de las EncartacionesE. Castresana

Su menudo tamaño, con poco más de un metro de altura, sus pezuñas... Años y años de evolución han guiado a los asnos autóctonos para amoldarse al complicado medio natural de la comarca y las tareas que se les encomendaban: trabajo en las minas o en el caserío. Desaparecidas algunas de esas actividades y mecanizadas otras con la irrupción imparable de la tecnología, ante esta raza se extiende un futuro incierto. Tal es así que enfrentan una situación “crítica”, según expresó ayer Ainhoa Egia, coordinadora de la Federación de Criadores de Burros de las Encartaciones, durante la feria de San Andres y La Inmaculada en Gordexola. El evento, que siempre se celebra el primer domingo de diciembre, incorporó una monográfica de asno encartado para reunir a los ganaderos y dar visibilidad al delicado momento que atraviesan estos simpáticos animales.

Abrió el camino el colectivo Adebuen, para la defensa del burro encartado, cuya sede se estableció en Gordexola. Hace cuatro años y, de la mano de Lorra, recogió el testigo la federación vasca que “aglutina a 300 criadores”. Tras una primera fase enfocada a afianzarse, han activado el concurso de San Andrés y La Inmaculada, “que desde el principio figuraba entre las líneas acción”.

Así, hasta 60 criadores acudieron ayer a la localidad: “20 procedentes de Bizkaia, 20 de Gipuzkoa y 20 de Araba para darle el mismo empaque a cada territorio”, según precisó la coordinadora de la agrupación. Para participar se les pedía “que estén dentro del libro genealógico”. En todos ellos se valoró que se ajustaran el máximo posible a los criterios que definen la raza en cuatro secciones o categorías: burras de entre 12 y 36 meses, burros de la misma edad, burras mayores de 36 meses y burros de la misma edad. A los asnos encartados les define “el color oscuro, siempre que alrededor de los ojos, el hocico y la tripa sea blanco”, describió. Al contrario de lo que sucede en otras monográficas similares, no se realizaron calificaciones. Se trata de un trámite “por el que las hembras pasan a los treinta meses y los machos a los 36, en el cual se certifica que los burros ya pueden reproducirse de acuerdo a los criterios de la raza.

Los embarazos de las hembras parecen eternos, “se prolongan en torno a 13 meses y suele venir una sola cría; al menos yo nunca he visto nacer dos a la vez”, según indicó el zallara José Ramón Urquijo, asiduo a la feria de Gordexola. Él conoció la época en la que “los burros se utilizaban para bajar la leche o para transportar la comida del ganado”. “Sus dimensiones, gran fuerza, pequeño casco redondo con fuertes tendones le hacen idóneo para no levantar el terreno por donde pisa, adaptándose en el desplazamiento por terrenos con grandes pendientes. Por ello, son adecuados para el pastoreo”, añadió Ainhoa Egia. Al haber sido descargados de las labores más duras, su esperanza de vida ha crecido “a los 35 años”, señaló José Ramón Urquijo.

Ya jubilado, ha cedido el testigo a su hijo Unai, que ganó en la sección de los burros mayores de 36 meses. “Se puede decir que he mamado el campo desde la cuna”, contó este, así que el relevo familiar se planteó como una opción natural. Perteneciente a la Federación de Criadores de Burros de las Encartaciones, hace años que viene trabajando junto con su padre para aproximarse al ideal de la raza, “porque cuando empezamos a criar nuestros burros tenían más mezcla”. Durante la feria recogió feliz el reconocimiento por Fermín, “un burro que vino al mundo el 7 de julio de 2015, así que le bautizamos como en el santoral”.

El tradicional concurso de vacas de raza frisona y un certamen de Euskal Oiloa tutelado por Eoalak, flamante Hemendik saria, completaron el desfile del campo por el centro urbano de Gordexola. Además, cerca de cien puestos de repostería, frutas, verduras, pan, queso, miel o txakoli se repartieron entre la plaza Molinar y las proximidades de la iglesia y el frontón Beraskola albergó una feria de artesanía.

Entre las asociaciones de Enkarterri que acudieron, destacó el reto al que Alén de Sopuerta y Gurguxa de Galdames sometieron a los viandantes: un cuestionario sobre la vida de Antonio de Trueba. Obsequiaron con una camiseta a quien obtuvo más aciertos, como antesala de los actos del bicentenario del escritor, que culminarán en 2019.