OROZKO - Más de 12.200 kilómetros en vehículo propio, otros 550 kilómetros en los 4x4 de sus colaboradores y alrededor de 585 kilómetros a pie, con su GPS y cuaderno de campo en mano, por terrenos de Zuia, Zigoitia y Orozko. Es lo que ha hecho durante los últimos cuatro años Javi Castro -miembro del Departamento de Etnografía de la Sociedad Aranzadi- para llegar hasta lugares recónditos dentro del Parque Natural de Gorbeia y localizar, describir y catalogar todos los restos visibles de canteras donde se labraban piedras de molino.

Un gran esfuerzo y tiempo invertido en el proyecto denominado Errotarri y cuyos resultados “se reportan a la universidad francesa de Grenoble, que es el organismo que coordina a nivel internacional, desde hace poco más de 10 años, esta investigación altruista”, explica.

Y las conclusiones finales se pueden “calificar como sorprendentes y espectaculares” ya que Javi Castro, con ayuda de sus colaboradores, ha logrado catalogar dentro del Parque Natural de Gorbeia un total de 110 áreas donde los canteros moleros obtenían piedras de molino y en esos espacios ha hallado 397 restos de muelas dispersos en una superficie de unos 50 a 60 kilómetros cuadrados, “lo que representa la mayor concentración de canteras moleras a nivel mundial en un mismo ámbito geográfico”, precisa con satisfacción.

En concreto, en Zigoitia se han localizado 45 áreas con 119 muelas, en Zuia 41 zonas y 202 piedras de molino y en el término municipal de Orozko 24 espacios y 76 muelas. Una dificultad extra del trabajo de investigación ha residido en el terreno al que Javi Castro ha tenido que acceder y explorar ya que “el 83,6% de las canteras se encuentran situadas entre la cota 700 y la cota 1.100 metros de altitud mientras que otro 10,9% están entre la cota 1.100 y 1.300 metros”.

En su informe de conclusiones también destaca que “los estudios preliminares apuntan que algunas de estas canteras estuvieron en activo al menos desde la segunda mitad del siglo XIX hasta mediados del siglo XX” y, a pesar de la actividad economía que generaba este oficio, su declive paulatino “se produjo desde mediados del siglo XIX”, cayendo después, poco a poco, en el olvido.

En este arduo trabajo de recuperación de un patrimonio prácticamente desconocido, Javi Castro ha contado con la ayuda de colaboradores como Iñaki García Uribe (miembro del Departamento de Etnografía de Aranzadi), Luiso López (de la asociación Aztarna de Amurrio) y Esteban Etxeberria (de la asociación Abadelaueta de Zigoitia).

Difundir esta parte de la historia de los antepasados es otro de los objetivos de la investigación. Y ya hay una conferencia programada. Será este jueves, a las 19.30 horas, en el Hotel Arcos de Quejana de Ayala con la presencia de Javi Castro como ponente y de Iñaki García Uribe presentando el acto.