Mungia - El mal tiempo previsto y el puente festivo no minó la voluntad ni las ganas de más de doscientos caminantes y runners que no dudaron en participar en la marcha popular de Mungia. Una cita que ayer cumplió su treinta y tres edición en una prueba menos exigente que otros años y más enfocada al disfrute de la misma por parte de deportistas de todas las edades.

A primera hora de la mañana, las inmediaciones del batzoki de la localidad ya mostraban una larga cola de aficionados a la montaña que esperaban con paciencia su turno para inscribirse en la prueba. Apenas eran las ocho de la mañana y la mayoría ya calentaba sus músculos antes de emprender la marcha. Fue el caso del grupo formado por Aitziber, Ramona y sus amigos José Antonio y Jesús Manuel, que vino desde La Rioja exclusivamente para participar en la marcha. “Para nosotros venir a la marcha es ya toda una tradición. Es una carrera que está muy bien organizada y nos encanta hacer deporte y contemplar los paisajes por los que transita el recorrido”, explicó Aitziber.

Desde la organización, de la que se ha encargado la asociación Andui Mendigoizale Taldea, destacaron su satisfacción por la afluencia de participantes a pesar de contar con los hándicaps como el puente festivo y las malas previsiones climatológicas. “Al final, ha venido bastante gente, calculamos que entre 200 y 250 personas, lo cual es muy positivo. Además como hemos planificado un recorrido más fácil que años pasados, pensamos que podrán disfrutar del mismo gente de todas las edades”, señalaron.

La marcha contó con dos categorías, una para adultos y otra para pequeños de hasta 11 años. La primera partió a las ocho de la mañana del batzoki para después adentrarse en Basozabaleta, Urresti auzoa, pasear por la Vega y el Río Butrón y volver a Mungia por el campo de fútbol de Gatika e Izenaduba Basoa y finalizar en la meta situada en Andra Mari. En total, el itinerario constó de 18 kilómetros. Por su parte, la marcha para niños fue de nueve kilómetros y comenzó a las diez de la mañana para recorrer, entre otros parajes, Belako, Larramendi Ikastola, Larrabizker, el campo de fútbol de Legarda y concluir también en el recinto de Andra Mari.

Los primeros en completar la marcha adulta fueron Aitor Amézaga y Jesús María Larrinoa, con visible sudor en sus rostros pero con la satisfacción del deber cumplido. “Pensábamos que iba a ser un recorrido más de monte pero nos advirtieron que este año iba a ser más asfalto. Nos ha venido muy bien porque queríamos hacerla corriendo, pero tal vez hubiéramos preferido un poco más de pista de monte”, detalló Larrinoa.

A medida que llegaban los deportistas a la línea de meta recibieron un número con el que pudieron participar después en un sorteo con diversos regalos.