Plentzia - Plentzia cuenta desde ahora con un libro que arroja luz sobre la historia de la electricidad y el alumbrado en la localidad. Luis de León Molina se ha encargado de sumergirse en este oscuro pasado, pues no hay mucha documentación al respecto, para realizar un exhaustivo repaso desde “los primeros intentos de electricidad en 1895 hasta llegar a Iberduero e Iberdrola”.

La iluminación pública prendió en Plentzia el 31 de julio de 1898. “Encontré que hubo una empresa llamada Eléctrica Plenciana, que es totalmente fantasma porque no hay ningún registro de ella en ningún sitio. Pero esta no llegó a dar luz a la villa. La primera que dio fue la Eléctrica de Plencia, que duró cuatro años por problemas con el Ayuntamiento. Luego vino la Eléctrica Industrial de Baquio; esta, después, con otras cuatro, formó Irurak-bat, que fue absorbida por Iberduero”, resume Luis, actual secretario de la junta directiva del museo de Plentzia.

Este ingeniero, con un largo recorrido laboral en Iberduero e Iberdrola, ha procurado reflejar en su publicación “el mayor número posible de gente de Plentzia que, de alguna manera, tuvo relación con este tema”, destaca. “Al final del libro”, comenta, “he hecho una especie de ficha de todos los accionistas de la Eléctrica de Plencia con su familia para que quede recogido y los vecinos quiénes fueron. Hay algunas fotos suyas también”. De esta manera, aparecen los fundadores de esta empresa, como Isidro Achútegui, Josefa Ramona Alcatena, Pedro Aramburu, Manuel Elórtegui, Andrés Bilbao, Trifona Onzain o Rafael Menchaca, entre otros muchos. “El primer presidente fue Luis Echeverría y la central estuvo en el molino de Plentzia, que se ubicaba donde está ahora el frontón”, indica Luis.

Fue hace muchos años cuando este vecino del municipio de Uribe Kosta se topó por primera vez con el nombre de Eléctrica de Plencia. Estaba preparando su tesis, que al final se quedó a medio camino, y entre la documentación halló esa referencia. “Se me quedó el gusanillo de que algún día sería objeto de un estudio más profundo y buscando nuevas actividades para impulsar la vida en el museo de Plentzia, desperté al gusanillo y me embarqué en esta aventura”, desvela Luis. Ahora, Plentzia, el alumbrado y las eléctricas es ya una realidad.