No hay como comparar para saber si un nuevo escenario es mejor que el anterior. Es lo que este redactor ha protagonizado para desvelar las excelencias, o no, de los nuevos túneles abiertos bajo el alto de Au-tzagane. Y la verdad es que el recorrido es mucho más seguro y corto. Exactamente, 50 segundos. Y eso a pesar de que la situación en los accesos a las galerías están totalmente alteradas con motivo del asfaltado de los dos enlaces con la vieja carretera que obligan a circular solo por uno de los dos carriles de cada galería. Unos trabajos que se prolongarán las dos próximas semanas, con lo que hasta inicios de mayo no se podrá sacar todo el jugo a los túneles construidos por la Diputación Foral.
A bordo de un Renault Captur y respetando los límites de velocidad, el viernes, en la víspera de la apertura del nuevo tramo viario, circulé por el tramo que va desde la primera rotonda que me encuentro tras salir de la variante de Amorebieta hasta llegar a la estación ferroviaria de Zugastieta.
Son cinco kilómetros de distancia que recorro por última vez sorteando las curvas y los camiones que son muy habituales en este recorrido. Cronómetro en mano, la subida hasta el alto suponen 2:22 minutos en un tramo cuya primera parte, beneficiado por sus dos carriles y la mejora del trazado que ya se disfruta desde hace casi tres años, supone un viaje agradable. Los metros finales, antes de coronar el alto, son algo más complicados aunque el adelantamiento a un camión implica acelerar un poco más antes de empezar a bajar. Aquí la velocidad se reduce ostensiblemente. Los camiones presentes, la velocidad a la que suben los coches en dirección contraria y las pronunciadas curvas obligan a frenar.
A los 3:34 minutos, alcanzo la salida de los túneles en dirección a Muxika y poco después supero el puente que evita el trazado ferroviario de Euskotren. Llego al aparcamiento de la estación de Zugastieta a los 4:55. Fin del viaje.
A continuación, efectúo el recorrido inverso. Curiosamente, el tiempo es calcado. Bueno un segundo más. 4:56 minutos. El mayor tiempo que se tarda en recorrer las curvas de subida hasta el alto por la ladera de Muxika se compensa con una bajada mucho más ligera en la parte de Amorebieta.
Ayer, en el primer día laborable de servicio de los túneles (durante el fin de semana el tráfico no es representativo por su descenso) el estreno estuvo adulterado. Las obras de adecuación de los entronques, que incluyen el asfaltado de un tramo considerable, no permiten registrar un conteo puro del itinerario. La presencia de máquinas e incluso de un señalero que indica el cambio del recorrido a los vehículos que salen del túnel en dirección Muxika también influye. El máximo hándicap que me encuentro es la limitación a un carril por dentro de las galerías, lo que supone un recorte de la velocidad de 80 a 60 kilómetros por hora.
Aun así, y a pesar de todos estos obstáculos, el tiempo del recorrido descrito es menor, se rebaja en 50 segundos. Según el cronómetro, el viaje desde Amorebieta a la estación de Zugastieta se queda en los 4:05 minutos. En sentido contrario, es algo más, 4:17 minutos, como consecuencia de ir detrás de un camión de alto tonelaje que ralentiza el tránsito al no poder adelantarlo hasta alcanzar los dos carriles de bajada hacia Amorebieta. Estimo que con las obras concluidas se puede ganar, al menos, otro medio minuto.
En el itinerario destacan las nuevas señalizaciones descubiertas en la que se da mayor protagonismo al vial que accede a los túneles mientras que se indica cómo para subir al alto de Autzagane hay que tomar la vía lateral en el enlace de Katia. También me llama la atención los dos grandes paneles luminosos de información variable activados antes de entrar en las galerías. Ayer indicaban cómo solo hay en servicio un carril, el derecho, mientras que el izquierdo está inhabilitado. De igual manera, los indicadores interiores recuerdan la velocidad máxima a la que se puede circular. Los conos alineados en medio de la calzada son otro elemento disuasorio para apretar el acelerador.
¿Y cómo será el recorrido ahora por la vieja carretera? No me resigno a probar un alto de Autzagane huérfano de tráfico. Retorno de nuevo por los túneles y tras dar la vuelta esta vez tomo el desvío habilitado a mano derecha. La subida casi es fantasmal. No recuerdo haber visto nunca esta carretera vacía y menos a pleno luz del día. Unos pocos coches aparcados en la cumbre, al lado del restaurante, me recuerdan que hay actividad. La bajada es igualmente solitaria hasta llegar al enlace de Katia, donde las máquinas trabajan y el tráfico emerge con toda su intensidad de la boca del túnel devolviéndome a la realidad.