mungia - Mungia fue epicentro ayer de la oferta de sabores más deliciosos y auténticos de Uribe y Txorierri. La localidad acogió la segunda edición de Uribe Gastrofest -un evento gastronómico promovido por la Asociación de Desarrollo Rural de Uribe, Jata Ondo-, que reunió a lo más granado en txakolis, quesos con denominación, cerveza artesana y un sinfín de alimentos con label de la comarca.
Desde primera hora de la mañana, la plaza Matxin y Foruen plaza eran escenario de numerosos puestos de productores que mostraron lo mejor de su repertorio propio a los asistentes que se acercaban paulatinamente a sus stands. “Han venido una veintena de productores locales y dos food-trucks. Tenemos algo de producto ecológico, patés de Mungia, cinco txakolis de la comarca Uribe-Txorierri, pastelería, carnicería local y tres productores de cerveza artesana”, enumeraba Jaboga Martínez, miembro de Jata-Ondo.
Antes de que estos muestrarios culinarios se llenaran de curiosos, el recinto de Andra Mari acogió tres talleres dedicados a los más pequeños y a los amantes del buen comer y beber. Así, Aitor Aurrekoetxea, uno de los elaboradores de talo más reconocidos, enseñaba a los niños los trucos para elaborar sus primeros deliciosos talos. Ubicados, uno enfrente de otro, los más pequeños se llenaban las manos de harina y disfrutaban con su primer contacto con este manjar tan tradicional, mientras atendían a las explicaciones de Aurrekoetxea.
A pocos metros, Elena Urigüen, directora de la empresa Despierta tus Sentidos y responsable del taller de cata de txakolis, se esmeraba en explicar las bondades gustativas de los cinco caldos presentes en la feria. Para ello, repartió varias fichas entre los presentes en las que se explicaban detalladamente tanto la historia como las particularidades de los vinos producidos por estas bodegas. “En Uribe tenemos la suerte de contar con la mayor concentración de bodegas de txakoli que hay en Bizkaia. Es importante que la gente aprenda a reconocer los valores, texturas de los txakolis y, en definitiva, a valorarlas porque son empresas familiares con mucha inversión económica realizada y esfuerzo”, detalló.
Completando la oferta de actividades, el restaurante de Loiu Aspaldiko y el Harria del Palacio Urgoiti, se aplicaron en el desarrollo de una interesante sesión de cocina de temporada. En el caso del establecimiento loiuztarra, su propuesta fue un plato de puré de boniato con espárragos en diferentes texturas acompañados de alcachofas y una pizca de jamón. El afamado restaurante, que cumple su treinta aniversario de vida el próximo mes de mayo, es una clara demostración de un apuesta nítida por la calidad y los productos frescos en su oferta gastronómica. Fernando Irizar, el chef del Aspaldiko, fue el encargado de elaborar estas delicias culinarias. “He preparado platos completos para que la gente los pruebe y nos dé su opinión”, señaló, al tiempo que aplaudió la iniciativa del Uribe Gastrofest, evento al que acudió por segunda vez tras el estreno del año pasado en Derio. “Nos parece muy buena iniciativa, estuvimos en Derio el año pasado y la apoyamos totalmente con nuestros productos de temporada. Colaboramos estrechamente con Jata-Ondo en cada iniciativa que lleva a cabo”, añadió su socio, Luis Javier Villar.
En la plaza Matxin, por su parte, Lander y Haizea Aretxabaleta, propietarios de la bodega Magalarte de Zamudio, exhibían sus mejores txakolis a los asistentes que se acercaban a su puesto. Con un larga trayectoria que se extiende a los 150 años de vida, esta firma del Txorierri ha logrado constituir seis generaciones de productores que avalan a este negocio familiar. En la actualidad, su oferta comercial se centra en dos tipos de txakoli; uno que denominan Magalarte Zamudio y otro Magalarte Zabalondo. “El primero es más tradicional y con un punto más de acidez y aromas cítricos, mientras que el Zabalondo es más para tomarlo sentado en la mesa, con una comida, tiene más cuerpo y unos aromas exóticos que les dan frutas como el mango y pomelo”.
Junto a este productor, se ubicaban María Cepeda y Begoña García, de la pastelería mungiarra Leku- Ona que ha superado ya la nada desdeñable cifra de medio siglo como negocio familiar. En su caso sus productos estrella eran el San Antontxu, un girlache con relleno de praliné, así como sus clásicos bollos de mantequilla, que según afirmaron, se venden incluso en Finlandia. “Estamos compitiendo con la pastelería Martina Zuricalday de Bilbao a ver quien vende más bollos a este país”, comentaba con una amplia sonrisa Cepeda.
Otro de los puestos en los que bullía el tránsito de curiosos era el de la firma de quesos Baskaran. Galardonados con el mejor queso vasco presentado en el prestigioso certamen World Cheese Award de 2016, estos productores de Markina no paraban de recibir peticiones para probar sus manjares.
Entre los que se animaron a visitar los suculentos puestos, muchos vinieron de Mungia y de localidades cercanas pero también hubo familias que procedieron de municipios como Getxo. Este fue el caso de Aitor Elosegi y Rafa Arévalo, que no dudaron en acudir ayer al evento acompañados de sus hijos. “Es la primera vez que venimos y nos está pareciendo muy interesante esta propuesta. Las niñas han participado en el taller de talos y de pizza y les ha encantado hacer la masa. Nosotros también, tanto que nos la acabamos de comer”, reconoció Elosegi, quien aseguró que les encanta venir a este tipo de eventos porque “siempre encuentras algo nuevo que te sorprende y que no conocías antes”. De la misma opinión era la mungiarra Ziortza Arrien, que se confesó una “apasionada” de estas citas culinarias.
La jornada se completó con un concurso de pintxos y una ruta gastronómica que se desarrolló en quince bares y establecimientos hosteleros de la localidad. La iniciativa fue promovida por la Asociación de Comerciantes y Hosteleros local.