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Los trabajadores de la TMB critican que la planta vuelve a recibir basura de zonas rurales

La decisión de llevarlos a Zabalgarbi fue tomada tras el anterior brote de fiebre Q

Los trabajadores de la TMB critican que la planta vuelve a recibir basura de zonas ruralesB. Guerrero

Bilbao - El comité de empresa de la planta de Tratamiento Mecánico-Biológico (TMB), donde al menos dos trabajadores están infectados por fiebre Q, ha mostrado su preocupación por que residuos de zonas rurales de Enkarterri y Durangaldea han vuelto a llegar a la infraestructura. “Empezaron a llegar hace unos seis meses y en ellos vienen más restos de animales”, denunció ayer el delegado de prevención del comité de empresa, Kike Álvarez.

La representación de los trabajadores se reunió “de manera urgente” con la empresa el pasado jueves, después de tener conocimiento de que varios empleados de la TMB habían dado positivo en fiebre Q. “Nos dijeron que se habían reunido con Osalan y que había dos casos confirmados y tres sospechosos”, explica Álvarez. Osalan pidió la relación de trabajadores que habían estado enfermos desde principios de año “para ver si había podido haber otros casos que habían pasado desapercibidos”.

Hoy mismo, el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral realizará una visita técnica a la planta, para determinar el foco de infección. También mantendrá una reunión con representantes de la UTE que gestiona la infraestructura, en la que estará presente el comité de empresa. A lo largo de esta semana, mañana y el jueves, se llevará a cabo un muestreo ambiental para analizar qué zonas podrían estar contaminadas. En el anterior brote de 2014 fue detectado la presencia de la bacteria en todas las instalaciones, incluidas las oficinas y los vestuarios, y la desinfección de la planta obligó al cierre de esta durante tres meses.

Además, a partir de hoy, a todos los trabajadores que hayan permanecido en la nave media jornada laboral o más se les hará una analítica de sangre para detectar si sufren o han sufrido la enfermedad. Para ello, se les tomarán dos muestras, una ahora y otra dentro de dos o tres semanas, ya que el periodo de incubación de la misma puede ser largo.

Desechos animales El comité de empresa ya ha trasladado a la UTE su preocupación por que, “desde hace unos seis meses”, han vuelto a llegar a la planta camiones con residuos de las plantas de transferencia de Zalla y Durango, correspondientes a las zonas rurales de Enkarterri y Durangaldea. Una de las medidas que se adoptaron tras el brote de fiebre Q de 2014 fue precisamente que la basura de las zonas rurales se llevaría a Zabalgarbi, para evitar que lleguen hasta la TMB desechos animales como los que provocaron aquella crisis. En aquella ocasión, el foco fueron cabezas y pieles de cordero que llegaron hasta las cintas de triaje, aunque no se pudo llegar a determinar su origen.

“Hemos solicitado que este tipo de camiones, de zonas claramente rurales, no descarguen aquí, porque es más probable que contengan residuos animales y que esos residuos animales contengan la bacteria”, advierte Álvarez. Ya han hecho llegar esta solicitud a la empresa, aunque esta “nos dice que quien decide qué residuos entra en la planta es Garbiker”, la sociedad pública de la Diputación para gestionar los residuos urbanos.

“No es matemático que la infección se haya producido por estos camiones, pero entendemos que si vienen de zonas rurales hay más posibilidades de que haya restos de animales muertos y de que entre la bacteria. Aunque luego podríamos tener otro debate sobre el protocolo. Lo primero que pedimos es que la bacteria no entre, con esa medida podríamos ahorrarnos algunos disgustos. Es algo que nos preocupa bastante”.

De hecho, desde que volvieron a llegar residuos de estas zonas, los trabajadores han detectado “más residuos de animales” entre los desechos.

En principio, el comité de empresa entiende que la situación “no es tan grave” como la vivida en 2014, “cuando fue un goteo constante de trabajadores que caían enfermos; ahora, desde hace quince días no ha habido nuevas personas que tengan síntomas. Entendemos que la situación está de alguna forma controlada, aunque eso nos lo dirán los análisis”.

Pese a que la planta sigue en funcionamiento, se han establecido algunas medidas, como recordar a los trabajadores la necesidad de cumplir el protocolo -uso de mascarillas, gafas y guantes, duchas desinfectantes al salir de las cabinas...- y se ha reforzado la limpieza y la desinfección.