Bilbao - Sorpresa. Esa es la palabra más repetida entre las personas que trabajan en la tienda que H&M tiene en plena Plaza Moyúa. El anuncio del cierre de la tienda el mes que viene -después de catorce años en esa ubicación- ha caído como un jarro de agua entre los alrededor de 60 trabajadores. “Nos hemos quedado con la boca abierta, sin palabras. Todavía no hemos reaccionado a la noticia”, destacaba a DEIA una de sus empleadas. Como todos los días, atendieron a los clientes con la mejor de las caras, pero sin poder quitarse de la cabeza que mayo será el último mes en esa tienda. “No sabemos qué va a ser de nosotros. Si nos van a reubicar en otras tiendas. Nadie nos ha dicho nada de que nos van a enviar fuera del territorio”, explicaron.

Los empleados aguardan con expectación la llegada del próximo viernes, 13 de abril, fecha en la que compondrán el grupo negociador a través del que intentarán conservar todos los puestos de trabajo de los empleados, en las mejores condiciones para todos. “Hay muchas empleadas a media jornada con permisos de maternidad”, apuntó otra de las trabajadoras de la tienda de Bilbao. Y añadió: “Un traslado a otra comunidad nos generaría muchos problemas”, apunta. En opinión del sindicato mayoritario en la tienda, ELA, el ofrecimiento esconde un despido encubierto, teniendo en cuenta las condiciones en las que están muchas de las empleadas, algunas a tiempo parcial.

Una vez hecha pública la noticia, durante todo el día de ayer muchos clientes se interesaron por el inminente cierre de la tienda más antigua de cuantas tiene la firma sueca en el territorio vizcaino. “En mayo cerramos. Sabemos poco más. Solo nos queda esperar a ver lo que pasa. Ya veremos qué ocurre a partir de mayo”, explicó otra de las dependientas, mientras despachaba a unas clientas en una de las cajas de la planta 0 del establecimiento.

Sorpresa El jueves por la mañana fue cuando la empresa comunicó a los delegados de tienda y a los sindicatos su intención de bajar definitivamente la persiana de la que ha sido el buque insignia de la firma sueca en la zona norte. La sorpresa, según aseguran los empleados, fue mayúscula. “Habíamos oído que alguna tienda podía cerrar, pero la de Moyúa ni lo habríamos imaginado”, afirman.

En un comunicado interno, la empresa ha informado a los trabajadores que la decisión de cerrar responde a un proceso natural del desarrollo del mercado. “Nuestra estrategia es estar siempre presentes en las mejores ubicaciones comerciales”. Por eso, los empleados de la tienda de Moyúa tienen la esperanza de que la grande del textil sueca continúe apostando por Bilbao y reabra otra tienda más moderna en la capital vizcaina. “Hasta ahora era en la tienda de Moyúa donde todos los diseñadores presentaban sus colecciones. Eso no se puede perder”, explican.Los propios empleados sospechan que este movimiento, además de responder a la estrategia que ha marcado la empresa, viene ligada a un impulso de la firma en Internet. Se trataría a unos movimientos con los que pretendía reforzar la debilidad que muestran las tiendas físicas de H&M, derivada en buena medida por la escasa capacidad de la compañía de dar respuesta a los nuevos hábitos de compra de los consumidores.

H&M obtuvo un beneficio neto de 1.655 millones de euros en su último año fiscal (diciembre 2016-noviembre 2017), lo que supone un 13% menos interanual. Las cifras no dejan lugar a dudas y la solución parece ser reforzar la presencia on line de la compañía y cerrar las tiendas físicas. “En el caso de la de Bilbao no se trata de una cuestión de rentabilidad. Esta tienda es la que más facturaba de toda la zona norte”, argumentan los propios trabajadores.

Según los empleados, la falta de acuerdo con el propietario unido a un cambio de estrategia es lo que ha podido llevar a que la empresa tome esta drástica decisión que mantiene en vilo a unos 60 empleados. La cifra que la empresa del textil sueca ha estado abonando por el alquiler del inmueble de tres plantas en la céntrica Plaza Moyúa no ha transcendido. Pero en la misma zona otras firmas del textil han llegado a pagar por ocupar lonjas mucho más pequeñas -de una sola planta- hasta 35.000 euros mes. “No tenemos ni idea lo que están pagando, pero tiene que ser una barbaridad. Este local es muy grande. Seguro que hay otra firma que se instalará aquí”, concluyen.