FUE curioso porque los quince años que ya tiene mi amor (perdón por invocar al viejuno espíritu del Dúo Dinámico...) comenzaron a celebrarse a plena luz del día, cuando crápulas y demás seres de la noche aún reposaban en su ataúd. Como antídoto a tanta claridad, quienes iban llegando a la celebración de los 15 años del Residence Café, el pub soñado (y logrado) por Manu Iturregi, fueron probando, en la recepción, un jugoso ponche especial de Hendrick’s Gin, champagne, frutos rojos y Royal Bliss Bohemian Berry Sensation, acompañados por sándwiches de pepino, la magia de cercanías del Mago Tor (Aitor Bilbao para los papeles...), la música pepinofónica de Santi SOS (Santiago Ortega Santos, dato revelado por justicia divina con el del mago...), hombre que hace tiempo deslumbró en el poety slam organizado por Hipólito García, más conocido como Bolo, en los circuitos del Bilbao más bohemio, y hasta body painting, arte invocado por Glow & Go, con Eli Urkiola y Rakel Blázquez en las entrecajas y Lucía Pereda como lienzo viviente mientras Pablo Urkiola de Kuma Digital media, recogía testimonio gráfico de todo. Visto todo así, en su conjunto, la tarde fue haciéndose noche a ritmo morrocotudo en el decimoquinto cumpleaños del local. Una fiesta loca.

Manu Iturregi paseaba por el local con un delantal de cuero (matarife, curtidor o cualquier otro oficio semejante...) que llevaba su rostro serigrafiado a la altura del pecho. Iba feliz con su regalo, saludando a todas las amistades que se acercaron al local. Desde la barra le echaron una mano el sumiller Fernando Valencia, Itziar Barrallo y Peter Jorgenson, druidas que conocen el secreto de las fórmulas vigorizantes. Ellos conocen cuánta verdad tiene el local, una referencia en Bilbao (se ha llevado títulos como los Best Whisky Bars Of the World o los Coaster Awards...) merced a su cuidada (y extensa) selección de cervezas, ginebras y whiskies, y los frecuentes conciertos en directo de entrada libre. Les acompañó en la ocasión Alejo Saade Brand Ambassador de Hendrick’s Gin. Una oportunidad inmejorable para tocar el cielo con una mano y una copa de soberbio gintonic con la otra.

Descrita la atmósfera de un local on fire habrá que recordar, por justicia poética, que en el local están consignadas casi 200 referencias de whisky (incluidas las de algunos selectos japoneses...), que la abigarrada decoración está llena de pequeños tesoros recopilados en diversos viajes y, sobre todo, regalos de clientes de la casa; así como sembrada de fotos dedicadas de destacados músicos de la escena folk internacional; artículos de rugby, deporte que se venera (retransmiten, íntegro, el Seis Naciones...) y el espíritu de las Irish Session de los miércoles, por donde han pasado, además de los músicos residentes de Bilbao, pesos pesados como Barney McKennay y Sean Cannon (The Dubliners), Aly Bain, Bert Deivert, Kris Drever, Aidan O’Rourke & Martín Green (Lau), Eóin Dillon (Kila), Cormac Breathnach, The Armagh Rymers o Phil Cunningham, que grabó tras sus muros para la serie de BBC SCOTLAND The World Accordion to Phil. Todo allá, en el número uno de la calle Barrainkua.

A la cita con ese universo mágico no faltaron ayer, además de los citados, Isidro Elezgarai, presidente de Unicef en el País Vasco, Vanesa Pérez, Salvi Salazar, María Loizaga, Jorge Iglesias, Patxi Arias, Beatriz Marcos, Txema García, Marino Montero, Juan Luis Rodríguez, Mikel Ballesteros, Txema Alonso, Juan Ortega, Miren Idigoras, Ainhoa Purroy, Ander Satrustegi, vecinos del barrio, una nutrida representación de la colonia británica en Bilbao, Arantza Martínez, Olga Palacios, Izaskun Orue, José Luis Uriarte y otra buena gente, clientes habituales, amigos o paseantes ocasionales, que disfrutaron de un encuentro singular. Único.