EL recuerdo de la piloto francesa Michèle Mouton flotaba en el ambiente. No por nada, en 1981 fue fichada por Audi Sport para probar el nuevo modelo Audi Quattro Sport del Grupo 4 con el revolucionario sistema de tracción a las cuadro ruedas, para secundar a Hannu Mikkola en la búsqueda del título mundial. En su primer año completo, entró en la historia del Campeonato Mundial de Rallies al ser la primera mujer,y la única, en ganar una prueba de su calendario. Fue en el Rally de San Remo, en octubre de aquel año. Como quiera que hoy, 8 de marzo, se reivindica la ascensión hacia women power es lo propio evocarlo, habida cuenta que ayer el legendario Quattro de Audi podía contemplarse, en un aula acristalada, en las nuevas instalaciones de Audi Leioa Wagen que vieron sus primeras luces. Es lo que se llama el don de la oportunidad.
Los locales, gobernados por su gerente, Peio Carrillo, bien merecen la consideración de una de las Siete Maravillas de la automoción en Bizkaia. Los más de 4.000 metros cuadrados acogen una luminosa área de exposición, donde relucía una réplica del Quattro con el que Michèle tocó la gloria, una vanguardista zona de atención al cliente en las modalidades de venta y posventa y unos sorprendentes talleres, coronados por la joya de la corona: un aparcamiento a cubierto de entre ocho y diez plazas, dentro del mismo edificio, para la recepción en los talleres, con otras treinta o 32 plazas de refuerzo. Visto en su conjunto, el paisaje era asombroso y atractivo, muy atractivo, para los amantes de la automoción y de los todopoderosos Audis.
Como quiera que las campanas anunciaban la buena nueva atrajeron a una multitud, la red carpet de recepción era todo un hervidero al filo de las 8.00 de la tarde. Sobre la citada alfombra roja flotaban nombres propios de altura como el del director general de Audi España, José Miguel Aparicio; el director de ventas, Paolo Prinari; los embajadores de Volkswagen Group Retail, Javier Pladevall y Dana Cortina; el director comercial de Audi Leioa Wagen, David Castro; José Antonio Moreno, Pablo Briones, Gorka Domínguez, Guillermo Sáez, Juan Rivas, Israel Luis, Carolina Lavín, José Antonio Buján, Virginia Pérez, Bernar Pallares o Pelis Palenzuela, entre otra mucha gente vinculada a una firma que se mantiene fiel a su filosofía desde los orígenes, siempre “a la vanguardia de la técnica”.
Fue la noche de las visitas guiadas por semejante fortaleza. A la misma acudieron, entre otros, viejos leones como Rafa Alkorta y Txefe Guerrero; Mikel Amezaga, Francisco Caribe, Idoia Rodríguez, Iñigo Jubinda, José Manuel Pereda, Susana Ferrín, Manuel Palau, Gonzalo Márquez, el arquitecto Iñigo Basáñez, Iñigo Camiñas, Ana Trueba, Eugenio Behal, Javier Ortega, María Jesús Hernández, Iñaki Otaola, Juan Mari Uriarte; así como Juan Ángel Martínez y Josu Molinos, en nombre de DEIA, y un buen número de confesos devotos de una compañía que hizo leyenda con sus Flechas de Plata, con su presencia en los rallies de medio mundo o en las 24 Horas de Le Mans, donde es admirada, y, sobre todo, en las carreteras y autopistas de medio mundo.
La fe en ese credo también la predican algunos de los ayer presentes como José María Hernández, José Luis García, Julio Etxebarria, José Juan Dublang, José Ramón Etxebarria, Sabin Anuzita, Borja Rodrigo, Miguel Madariaga, José Ignacio Artetxe y un sinfín de seguidores más que se acercaron a este concesionario oficial Audi en Bizkaia que nace ahora bajo el esplendor del último grito, como si fuese digno aspirante a un puesto en la gloria del Silicon Valley de la automoción. Bizkaia, desde ayer, cuenta con un nuevo templo donde motores y carrocerías relucen como el sol bajo techo. No cabe mejor refugio para ellos cuando no ruedan.