Galdakao - El galdakoztarra Mikel Aparicio lleva 15 años disfrutando de una de sus pasiones: el balonmano. Ahora tiene 25 y, después de más de media vida en la disciplina del Galdakao Eskubaloi Taldea, sigue, más que nunca, al pie del cañón. No es sencillo compaginar todas las labores que Aparicio completa en el que es el club de su vida. No en vano, es jugador, entrenador y presidente. Hasta el mundo del balonmano el galdakoztarra llegó a los diez años, “después de haber probado otros deportes antes, pero sin que ninguno me conquistase”. “El balonmano logró hacerlo”, y aún hoy sigue llenando gran parte de su tiempo. Tras su paso por otro equipo durante cuatro años, Aparicio volvió a Galdakao al cumplir los 18 y hoy en día continúa formando parte del equipo senior. Pero para este joven, el balonmano es algo más que la práctica de un deporte.

Por eso, y porque “varios integrantes del club queríamos participar en el crecimiento del balonmano en Galdakao, decidimos unirnos a la directiva”, cuenta. Tras un año en este grupo, “llegué a presidente del club, aunque debo decir que no nos parece relevante quién ocupa el puesto de presidente, ya que la directiva de forma conjunta es la que lleva el peso del club en su totalidad”.

Por este motivo, Aparicio destaca la labor que realizan todos ellos; “nos dividimos las tareas y actuamos de forma grupal y consensuada en todas las decisiones, o por lo menos eso intentamos. Por esa razón no importa quién sea el presidente para tareas de gestión del propio club ya que todos tenemos voz”.

Pero dentro del Galdakao Eskubaloi Taldea, Mikel no solo ejerce de presidente. Además, es jugador del senior A masculino, y a la vez “soy entrenador del senior femenino y miembro de la junta”. Ocupar todos estos puestos dentro del club deportivo hace que compaginarlos “complicado”. Por eso, y porque “también soy una persona que se llama Mikel y que tiene una vida fuera del balonmano, con familia, estudios, trabajo, amistades, pareja, hobbies, etc.”. “Muchas veces es difícil cuadrar todo y también existe el conflicto de intereses”, confiesa. Y es que “lo que quieres como jugador no lo puedes permitir como presidente o tienes que dar la cara y solucionar problemas”.

No obstante, la pasión que siente por el balonmano y su club “me obliga a intentar hacer bien todo y la idea es que si vas a hacer algo, lo tienes que hacer bien”. Aparicio pone en valor el trabajo que realizan junto a él en la directiva Iván Aparicio y Aitor Otegi, además del “gran apoyo que recibimos por parte de nuestra tesorera, que hace mil cosas del club, lo que nos permite seguir compaginándolo todo”.

A veces, su corta edad y que aún siga siendo jugador juega, de algún modo, en su contra. Tal y como cuenta, “para mis compañeros de equipo soy más compañero que presidente, les cuesta tomarme en serio”. Hay ocasiones en las que es complicado que alguna de sus ideas se reciba en un primer momento como algo sensato. Desde su posición de presidente, el objetivo siempre ha sido “encontrar unos valores de club que compartamos todos los de la directiva y ponerlos en marcha de la forma más correcta y adecuada”. Uno de sus objetivos ha sido el de fomentar “el respeto hacia la directiva, el cuerpo técnico, los compañeros, el club, la localidad donde jugamos, otros clubes y hacia el propio balonmano”, entre otros. Para el galdakoztarra, lo mejor es “cuando ves a las personas que integran el club disfrutar del balonmano; a tus compañeros pelear un partido a tope y tú, ayudarles a ganarlo. Entonces piensas, para esto sirve mi esfuerzo”.

No sabe si lo hará presidente, pero Aparicio asegura que “siempre que haya gente en Galdakao que quiera jugar al balonmano, yo estaré ahí ayudando”.