Bilbao - Prueba superada. El libro Guinness de los récords confirmó a la Diputación de Bizkaia y al artista Jorge López de Gereñu que el mural Miradas sobre Bilbao/Bilborako begiradak, pintado en una ladera de Enekuri, es el más grande del mundo obra de una sola persona. Tal y como adelantó DEIA en setiembre pasado, el ente foral y el artista presentaron todos los requisitos que solicitaban los responsables de esta famosa publicación y, aunque se ha hecho demorar, la homologación finalmente se ha conseguido.
La confirmación del reconocimiento llegó la semana pasada al pintor y ya desde hace unos días cuenta con su entrada en la página web del Guinness. “Estoy muy satisfecho por lo obtenido, un trabajo en el que hemos ido de la mano con la Diputación y que aporta un nuevo elemento artístico relevante a Bilbao y Bizkaia”, aseguró a este periódico el autor de la obra.
El mural suma casi 3.596 metros cuadrados en una pieza de algo más de medio kilómetro de largo con una altura media de 7,15 metros. En esta pared, generada hace una década con la ampliación del vial que sube a Enekuri y que construyó la Diputación, se observan los ojos de ocho rostros de bilbainos que miran al monte cercano y a la ciudad que se ubica por debajo. Un fondo de ondas con tonos verdes y cremas integran el conjunto a la perfección en la ladera. López de Gereñu pone en valor el premio pero recuerda que “el mural es una pequeña parte de un proyecto de integración paisajística general en el que se incluyen las pantallas serigrafiadas y las zonas verdes que lo rodean”.
Y es que este trabajo fue pura innovación en el desarrollo de una obra pública y permitió a todas las partes implicadas aprender a la vez y sobre la marcha cómo ejecutar este tipo de trabajos de integración paisajística. “Fue mi primera obra de estas dimensiones y el primer proyecto foral con esa intención”, recuerda el muralista bilbaino, que luego se ha especializado en este tipo de arte gigantesco. De hecho, fue contratado de nuevo para disimular otros viales en Sopela, Trapagaran, Durango y Galdakao pero le quedaba su segundo gran encargo: acometer otros murales de gran tamaño en los paramentos que se iban a generar con la construcción de los nuevos accesos viarios por Basurto hacia San Mamés, casi enfrente de Enekuri. Unas obras artísticas también colosales que superan así mismo en tamaño a la obra que hasta la semana pasada ostentaba oficialmente el récord Guinness, una pieza pintada por Ernesto Espiridón Ríos en la ciudad mexicana de Mazatlán, la cual mide algo más de 1.678 metros cuadrados.
En concreto, el mural más alto, creado en la bajada de la carretera de Altamira y titulado Amor es vida/Artea Bizitza Etengabe, alcanza casi 3.538 metros cuadrados y fue ideado para entablar un diálogo con el mural de Enekuri ubicado en frente, al otro lado de la ría. La otra obra se ubica por debajo y fue bautizada como A Love Supreme/Maitasun goiena, un homenaje al disco del mismo nombre del famoso saxofonista norteamericano John Coltrane, cuyos ojos recoge la obra mirando al mural superior de las sonrisas.
Diseño y trabajo Son todas ellas obras diseñadas por el pintor bilbaino pero que, lógicamente, no ha pintado exclusivamente él. En todas se ha ayudado de los empleados de dos empresas especializadas y ha trabajado con su compañero de fatigas, Iker Muro, “el mejor muralista de Europa”, alaba.
López de Gereñu aclara que “son los tres murales más grandes del mundo creados por un autor, pero el de Enekuri es el que establece el récord para el libro Guinness de 2018. Han sido los técnicos del departamento de Desarrollo Económico quienes tuvieron que medir las dimensiones exactas de las pinturas gigantescas incluyendo una verificación topográfica.
La obra de Enekuri se completó en 2008 para la Diputación Foral de Bizkaia pero no se registró el récord en ese momento al comenzar a estudiarse poco después el proyecto de los accesos por Basurto donde podía generarse un mural aún mayor, aunque finalmente no fue así solo por 57 metros de diferencia.
La obtención de este reconocimiento no solo sirve para fardar más de bilbainismo sino que también tiene un componente añadido de atractivo turístico en una ciudad que tiene el arte como uno de sus productos a mostrar a los turistas y locales.
El artista considera que los récords Guinness “tienen una gran repercusión mediática y generan el tipo de noticias más provechosas para una ciudad como Bilbao”. Asegura que “además del orgullo, tanto para mi como para las instituciones y constructoras interesadas en este tipo de trabajos innovadores, es una oportunidad de mostrar señas de identidad inconfundibles de esta renovada ciudad”.
Ahora queda poner en valor estas obras de cara a venderlas como otro de los elementos interesantes a conocer por los visitantes que llegan a Bizkaia. “Todos los murales son muy visibles desde muchas partes de la ciudad y además se pueden contemplar de forma gratuita. Los tres murales más grandes del mundo es un activo que no tiene ninguna otra ciudad”, concluye orgulloso el artista.