Karrantza - ¿Qué significan los cuatro bisontes, el oso y los surcos grabados en Ventalaperra? Hace aproximadamente 25.000 años que bandas de cazadores y recolectores dejaron su huella en esta cueva de Karrantza enclavada no muy lejos de Pozalagua, según se explica en los folletos informativos sobre patrimonio histórico de Bizkaia, editados por la Diputación. Una exposición organizada, precisamente, por la institución foral permite a los vecinos del valle meterse en la piel de sus antepasados del Paleolítico y acercarse al subsuelo de una forma original, realista y didáctica, recurriendo a la tecnología en tres dimensiones.
En la oficina de turismo de Ambasaguas y hasta el 18 de febrero mirarán con ojos de las gafas de realidad virtual el arte rupestre que contienen tres de las nueve cuevas cuyo contenido ha sido digitalizado y estudiado en colaboración con arqueólogos, geólogos y espeleólogos. Se trata de las cavernas de Santimamiñe -Kortezubi-, Armintxe -Lekeitio- y Ventalaperra, en Karrantza. Al ser lugares en algunos casos de acceso restringido salvo para investigadores profesionales, la muestra ofrece una excelente oportunidad de acercarse a la sociedad prehistórica. Tras su inauguración en la bilbaina Sala Rekalde, pasó por Lekeitio antes de recalar en Karrantza. Después llegará a Mañaria y Galdames.
“Sobre el apoyo de las nuevas tecnologías, se experimenta con la creatividad al relacionar el arte del Paleolítico, en soportes del siglo XXI, con las creaciones artísticas más recientes presentadas sobre bases tradicionales”, detallan desde la Diputación. Y se realiza un recorrido “en tiempo real”, según apuntó la diputada de Cultura, Lorea Bilbao, que inauguró la exposición con el alcalde de Karrantza, Raúl Palacio. Además, los visitantes se sorprenderán al comprobar que quizás el arte prehistórico y el contemporáneo quizás no sean tan opuestos. “Se genera un único espacio en el que las diferencias se diluyen, sumergiendo a los asistentes en una atmósfera emocional, inusual e innovadora, fundiendo los grabados localizados en Armintxe y el cuatro Las calabazas, de Miquel Barceló”, describen.
Junto con los grabados de Armintxe cuyo hallazgo sorprendió hace dos años, se pueden descubrir los tesoros que encierra Santimamiñe , emblema del arte rupestre, y también de la cavidad de Ventalaperra, otro lugar indispensable para entender la sociedad prehistórica, según los expertos. La información sobre patrimonio publicada por la Diputación especifica que Ventalaperra se ocupó ya entre 95.000 y 35.000 años antes de Cristo, aunque habrían de transcurrir miles hasta que plasmaron en la roca los bisontes y el oso que se pueden contemplar en la exposición.
Otras dos cavidades de Enkarterri, las de El Rincón -Karrantza- y Arenaza -Galdames- también han sido analizadas palmo a palmo para reproducir su contenido con ayuda de las tecnologías más modernas. “Es una puesta en valor de lo que hay y de un modelo de gestión del arte de las cuevas que nos sitúa como referentes no solo en Bizkaia y Euskadi, sino también a nivel europeo e internacional”, destacó Lorea Bilbao.