Valentía sobre ruedas
Afectada por la poliomielitis desde que tenía año y medio, Loli Moreno enfocó su vida en favor de los demásPresidenta de Afises y de Heldu, la sestaoarra fija su reto en que los comercios avancen en accesibilidad
Emilio Zunzunegi
Sestao - Aún hoy hay mucha gente en Sestao que la recuerda como Loli, La de los Jerséis, ya que durante más de treinta años hizo del punto su medio de vida y ha vestido a cientos de menores del municipio. Aunque de un tiempo a esta parte la mayoría de los vecinos de su querido concejo la conocen como Loli, La de Afises, la asociación de discapacitados físicos de Sestao. No es de extrañar dado que esta mujer, de carácter afable, terca como una mula y llena de buenas intenciones y una voluntad a prueba de bombas haya sido artífice, junto a los compañeros de la asociación de discapacitados físicos que preside, de lograr que la situación de este colectivo haya pasado de una indiferencia, cuando no de un cierto menosprecio, a un reconocimiento social inclusivo.
“Yo creo que es uno de los grandes logros que hemos conseguido desde Afises en los 19 años que llevamos funcionando, ha sido lograr una normalidad, una aceptación social de la discapacidad”, reseña esta joven setentañera nacida un día 4 del mes de marzo en la casa de sus padres en el barrio del Oquillo y a la que la poliomielitis alteró su desarrollo cuando apenas contaba con año y medio de vida. “Creo que empecé a andar con nueve meses. No sé para que corrí tanto si luego me paré en seco”, recuerda esta mujer que nunca se ha rendido ante al adversidad sin por ello renunciar a su bonhomía. “No entiendo a la gente discapacitada que se piensa que porque vaya a los sitios enfadada o gritado piensan que les van a atender mejor por estar discapacitados. La educación, las buenas maneras, la sonrisa, la alegría... abren muchas más puertas. No quiere decir que eso sea mano de santo pero el ceño fruncido tampoco”.
Loli Moreno Iglesias no nació en una época como la actual en la que las barreras arquitectónicas van desapareciendo de las ciudades y pueblos. Ella fue niña en una época en la que el antiguo colegio que hoy alberga la escuela de música o el de Vista Alegre estaban plagadas de discriminatorias escaleras que la alejaron del proceso educativo reglado. “Yo tuve que aprender con una profesora por lo que mucha gente no supo que yo no había ido al colegio. Además a mi siempre me gustó mucho escucha la radio. Las tertulias y las entrevistas. Siempre me ha encantado escuchar a Iñaki Gabilondo y Luis del Olmo porque yo hacía punto y para mi escuchar era muy entretenido”, apunta esta mujer que vive en la primera lonja que fue adaptada como vivienda en el municipio fabril. “Yo tuve suerte porque todos los vecinos del inmueble donde está ubicada la lonja me dieron su consentimiento aunque conozco casos en los que la cerrazón de algunos ha provocado que la transformación haya llegado a los tribunales”, señala esta mujer que se muestra persuadida de que su asociación tiene en el tema de las viviendas adaptadas, sean pisos o lonjas, uno de su caballos de batalla para los próximos años. “No puede ser que encima de que tengas el problema de la movilidad, la vivienda se encarezca de una manera desmesurada lo que agrava la situación del discapacitado”, denuncia esta mujer que tiene en su agenda otra preocupación más en favor de los afectados a los que representa tanto en Afises como en la Federación de discapacitados Heldu: el comercio.
Sensibilidad “Sabemos que para el comercio local no es fácil exigir medidas contra las barreras arquitectónicas. Yo por ejemplo voy a una gran superficie y allí no soy una discapacitada porque tengo un buen acceso. Pienso que muchas veces en el pequeño comercio se trata más de un problema de sensibilidad hacia ese cliente que tiene problemas de movilidad que pueden resolverse con medidas sencillas como rampas de quita y pon” para acceder al comercio”, señala esta sestaoarra que ahora forma parte del grupo de personas que están trabando por hacer de Sestao un municipio amable con los mayores.
“Pensaba que iba a tener un papel más relevante en ese foro pero afortunadamente he visto que muchas cuestiones ya se han puesto encima de la mesa por parte de otros colectivos que están sensibilizados con los problemas de accesibilidad y movilidad”, señala Loli, que destaca que en Sestao “se ha avanzado mucho en la eliminación de barreras aunque hay algunos capítulos en los que se debe mejorar”.
En este sentido reclama de las instituciones que se vigile la ejecución de las obras de rebaje o creación de pasos elevados, porque algunas veces el resultado, si bien hecho con buena intención, no resulta favorable para los discapacitados. “Hay algunos pasos como el que une el parque del Ayuntamiento con la plaza del Kasko que tiene un bordillo de unos tres o cuatro centímetros que suponen un freno para las sillas de ruedas ya que las ruedas se frenan con el consiguiente riesgo para el discapacitado y la persona que lo lleva que suele ser una persona mayor”, reseña esta mujer a la que la discapacidad nunca la retuvo en casa. “Yo de pequeña había sitios donde me seguían los niños porque era una novedad en la calle. Ahora ya no causo sensación”. Genio y figura sobre ruedas.