BILBAO - La seguridad de Basurto se va a ver reforzada próximamente. La nueva comisaría de la Policía Municipal estará operativa el próximo mes de noviembre cumpliendo así uno de los objetivos previstos para esta nueva zona en expansión. “Estoy satisfecho porque es un compromiso que adquirimos cuando se derribo la comisaría de Garellano”, se congratula el concejal de Seguridad Ciudadana, Tomás del Hierro.

El nuevo barrio que despunta en Basurto requiere de servicios que garanticen una convivencia tranquila. La futura estación de Termibus generará un importante flujo de vehículos y la expansión de la universidad junto a la propia actividad de San Mamés suponen una importante congregación de personasen determinadas fechas. Así, desde un principio se planteó entre los objetivos de regeneración de este entorno la construcción de una nueva comisaría, además volvería a cubrir la demanda que atendía en otro tiempo la central ubicada en Garellano y que fue demolida para albergar en este solar las actuales torres de viviendas. “Esta era precisamente una de las peticiones más demandadas por el vecinos”, resalta Del Hierro.

El Ayuntamiento de Bilbao inició en 2016 las obras de adecuación de la nueva comisaría de la Policía Municipal de Basurto, que está previsto que dé servicio a unos 83.000 vecinos y contará con una dotación de 130 agentes y mandos policiales. Coincidiendo con su apertura se procederá al cierre de la comisaría de La Cantera y se dará por concluida la reestructuración de comisarías llevada a cabo por el Área de Seguridad con el objeto de avanzar en el nuevo modelo de proximidad.

Es mucho más que las obras de una nueva comisaría, según explicó en su día el concejal de Obras y Servicios, Ricardo Barkala. La recuperación del viejo edificio de Materias Inflamables, que también albergó el servicio veterinario municipal, comenzó en julio de 2016 con el refuerzo de la estructura del inmueble, una obra que ha supuesto una inversión de dos millones de euros, aproximadamente.

La nueva sede de la Policía Local sustituirá a la antigua comisaría central de Garellano, acercando durante 24 horas al día los servicios de recogida de denuncias y atención de la Policía Municipal a los barrios de Abando, Indautxu, con una población de 51.361 habitantes, y Basurto, Olabeaga, Masustegi, Monte Caramelo, Altamira y Zorrotza, que reúnen a 31.942 vecinos.

Cuatro comisarías Con esta nueva dependencia, Bilbao contará con cuatro comisarías para atender las inspecciones de toda la villa: la central de Miribilla, la de Basurto, la ubicada en el Ayuntamiento y la del barrio de Otxarkoaga, la más antigua de la capital. Respecto a la de La Cantera indicó que “sigue funcionando pero está a 200 metros de Miribilla”, por lo que será cerrada cuando abra la de Basurto. El concejal de Seguridad ha explicado en repetidas ocasiones que no tiene sentido que existan dos comisarías tan próximas, más cuando desde el Área se apuesta por una Policía cercana que esté en la calle.

La recuperación del edificio de Materias Inflamables tiene también el objetivo de convertir la peculiar construcción ubicada en la avenida Sabino Arana en el corazón del barrio de Basurto. Los trabajos comenzaron con las obras de refuerzo de la estructura y la habilitación de las dependencias policiales, que tendrán acceso por la calle Tellagorri. En el sótano, 500 metros cuadrados irán destinados a vestuarios, servicios, almacenes y otras instalaciones, mientras que 800 metros cuadrados servirán de aparcamiento. Además, se han habilitado 500 metros cuadrados de la planta baja acordes a las necesidades de la Inspección de Policía Municipal. También se ha remodelado el patio exterior para vehículos municipales. Toda la obra ha sido diseñada en base a criterios de funcionalidad y accesibilidad.

El edificio de Materias Inflamables, construido en 1922 por los arquitectos Adolfo Gil Lezama y Pedro Ispizua Zunzunaga, albergaba el antiguo almacén de materias inflamables, actualmente utilizados como talleres y almacenes municipales. El edificio de estructura de hormigón, consta de planta sótano, planta principal, planta primera, cubierta plana transitable y dos patios, uno interior cubierto con estructura metálica y chapas de cubrición y otro patio exterior.

Tiene una superficie total de 5.500 metros cuadrados, y está destinado a ser un equipamiento de ciudad, que ejercerá de elemento tractor y dinamizador del entorno, y que buscará completar los equipamientos de proximidad del barrio de Basurto, que ya existen en el centro municipal de Zankoeta. No en vano, se trata de un barrio en crecimiento y con futuro que tendrá que atender las demandas de nuevos vecinos, como los más de 4.500 que ocuparán en total las viviendas de Garellano.

Los vecinos creen que se le puede sacar mas jugo al edificio que albergó la antigua perrera. Su tamaño y posibilidad de diferentes distribuciones lo hacen factible. Begoña G. Vivanco, presidenta de la asociación de vecinos de Basurto, propone que “puede albergar espacios que los puedan utilizar la nueva generación de vecinos que está asentándose en el barrio”.

Expone que los locales para uso vecinal son muy escasos en el centro municipal de la calle Zankoeta y que el edificio de la futura comisaría sería un buen complemento para las actividades infantiles y juveniles que organizan tanto desde el Ayuntamiento y la propia asociación.

Asegura que “no queremos duplicar servicios que estén en el centro municipal, pero hay tener en cuenta el crecimiento de población que estamos teniendo lo que suponen que las opciones actuales se queden muy escasas”.

Begoña apuesta también por crear en el futuro bloque “una aula para servicios audiovisuales con wifi y sala de estudios para los adolescentes, el equivalente a la biblioteca del distrito 8 que está ubicada en Zorro-tza, y que para nosotros está demasiado lejos”. En el último pleno celebrado el pasado jueves se acordó debatir los futuros usos de este edificio para una vez habilitada la comisaría se abra un proceso participativos con los vecinos y se tome una decisión en el primer semestre de 2018.

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