Galdames - La Torre Loizaga de Galdames se ha abonado a su encuentro con el más alto nivel. La segunda edición del salón High Motors comenzará mañana con la puntualidad que marcarán los relojes de firma que podrán encontrarse en algunos de los stands y acelerando en los vehículos clásicos y deportivos no aptos para todos los bolsillos. Asistir costará 120 euros a quienes adquieran un bono para viernes, sábado y domingo. Tan solo falta que el tiempo acompañe, y hasta a eso intenta anticiparse Koldo Marcilla, impulsor del evento. Contra la lluvia, “pensamos en un plan B e incluso un plan C”.
Si repiten convocatoria será porque el primer salón dejó buen sabor de boca en 2016.
-El año pasado morimos de éxito.
¿Por qué?
-Acudió tanta gente que se colapsó la carretera. Calculamos que a lo largo de todo el fin de semana vinieron alrededor de 2.500 personas. Como son calzadas estrechas, esta vez vamos a tomar otra determinación: establecer una dirección única, de forma que se llegará desde Galdames y se saldrá por Sopuerta. Una vez en Torre Loizaga, diez azafatas recibirán a los invitados, que contarán con un amplio abanico de actividades.
¿Por ejemplo?
-Dentro del apartado gastronómico, del que se encargará el Grupo Iruña, tendrán a su disposición desde un menú restaurante de 55 euros en el interior de la torre a opciones más asequibles, como pintxos a dos euros, croquetas o sushi. Habrá food trucks y se acondicionará una terraza en la zona de la piscina con música en directo.
¿Y el resto del programa?
-Se desplegarán treinta expositores relacionados con un estilo de vida de alta gama: ropa masculina y femenina, empresas de viajes, banca privada, vivienda, bodegas o motor.
¿Plantean novedades con respecto a la primera edición?
-Vienen LR Wonder, una firma de cosmética italiana cuya imagen es Paris Hilton; un farmacéutico de Valencia con un aceite de oliva a la venta en farmacias; Carla de Bulgaria, que presentará su línea de cosméticos, o el Club de Rolls Royce de Londres, aparte de las marcas del año pasado. Además, disfrutaremos de arte en vivo y en directo con los cuadros que pintará José María Pinto; se llevarán a cabo catas de bebidas y exhibiciones de vehículos de rally de Barcelona, Girona, Portugal y Madrid, y se celebrará un desfile en el que las modelos irán peinadas por la peluquera Yolanda Aberasturi. Pero, quizás, lo que más repercusión alcance será el Autobello.
¿El Autobello? Explique, por favor.
-Un concurso de elegancia de coches deportivos, clásicos y relojes como nunca se había visto en Euskal Herria. Los dos sectores guardan relación, porque existen modelos de relojes asociados a determinadas marcas de coches. Formarán parte del jurado el presidente de Mango, Isak Andic; Kubrat de Bulgaria, el presidente de la Federación Española de Automovilismo, Manuel Aviño; Alfonso de Borbón y el presidente de LG España, Jaime de Jaraiz, y lo organiza Emilio Olivares, presidente de Autobello. Hemos conseguido traer al salón High Motors este certamen, que se celebra en Madrid, Barcelona y Marbella.
Cualquiera no puede acceder a esas firmas. ¿No les da reparo abrir un escaparate tan exclusivo cuando hay gente que lo está pasando realmente mal?
-Lo cierto es que lo pensamos, pero a este sector tampoco le ha afectado especialmente la crisis.
¿Se realizaron compras en el salón High Motors?
-Se consumió. Eso buscan los espónsores: acercar los productos a un público muy selecto. Se vendieron dos Maseratis valorados en más de 100.000 euros y un señor compró dos cuadros que costaban en total 24.000 euros. El año pasado vino gente desde Madrid o Santander. A los asistentes también les gusta relacionarse en Euskadi por temas de negocios. Seguro que se cerró más de un trato... También nos consta que hay reservas en hoteles y restaurantes de Enkarterri de participantes que quieren aprovechar para conocer la zona a lo largo del fin de semana.
¿Puede influir la boda hindú en el tirón de Galdames?
-Tanto en 2016 como este fin de semana habrá visitantes hindúes en el salón. Aunque parezca que Torre Loizaga queda lejano, un evento así en una urbe como Bilbao no sería lo mismo, no tendría tanto encanto. Lo perciben como un plus que da imagen de mayor exclusividad, un enclave sin igual. Esperemos que no llueva porque el entorno es tan bonito que nos gustaría recurrir a las carpas lo menos posible. Aun así, hay que prever planes B y C por si acaso. A mí en particular, me sucedió algo muy curioso: fue este lugar lo que me condujo al evento y no a la inversa. Cuando visité la torre pensando en organizar algo relacionado con el motor, en estos salones se me ocurrió que, por lo general, un coche de alta gama lleva aparejado un estilo de vida.
Entonces, usted definiría el lujo como...
-Depende. Puede considerarse un lujo dar un paseo por la playa y el monte en compañía de la familia. Si nos circunscribimos al salón High Motors, el lujo se refiere a ese modo de vida premium que no todo el mundo se puede permitir. Aunque el concepto en sí es variable, a una persona un Audi le puede parecer un lujo y a otra, en cambio, una birria porque conduce un Aston Martin.