Portugalete - Solo quien lo ha vivido, quien lo ha sentido, puede imaginar la magnitud del dolor que supone perder a un hijo. Por desgracia, el santurtziarra José Ramón Romaña sabe perfectamente lo que es ese dolor desde que en 2004 un rayo acabase con la vida de Joserra, su hijo mayor, en el monte Alén de Sopuerta. Joserra era un chico deportista, una persona que adoraba la montaña y que había hecho muchísimos kilómetros por ella. Atendiendo a su pasión, su aita buscó la forma de homenajear al joven haciendo que su recuerdo no se borrase, celebrando cada año una auténtica fiesta de la montaña en su honor.
De esta manera, nació La Romaña, una marcha de montaña organizada por el club mendizale jarrillero Ganerantz, prueba que mañana desde las 7.15 horas vivirá su decimotercera edición. “No se me ocurre una manera mejor de homenajear a mi hijo que haciendo una prueba de este tipo a su nombre, porque él amaba el deporte y la montaña”, explica José Ramón, quien este año cumple 25 años como miembro de Ganerantz, club en el que ingresó junto a su mujer y sus tres hijos, entre ellos, cómo no, el malogrado Joserra.
La primera edición de La Romaña, la aventura de 2005, tuvo un recorrido muy especial, ya que unió la localidad cántabra de Ampuero y Portugalete y atravesó puntos en los que José Ramón y su hijo habían pasado muchas horas juntos, entre ellos, el propio monte Alén. “Si por mí fuera, esta prueba pasaría todos los años por esta cima, que fue donde él murió”, señala José Ramón visiblemente emocionado cada vez que recuerda la figura de su hijo mayor. Desde hace unos años, el recorrido ha variado y, en esta ocasión la XIII edición de La Romaña tendrá salida y llegada en el frontón de Los Llanos y se realizará en dos distancias: la corta de 25,2 kilómetros y la larga de 54,4 kilómetros.
“Cuando ideé la marcha, tuve claro que tenía que ser larga, porque mi hijo hacía las cosas a lo grande, corría pruebas de 100 kilómetros”, recuerda José Ramón. Desde 2013, José Ramón tiene en Óscar Rodríguez un fiel acompañante. De hecho, es él quien desde entonces se encarga de organizar La Romaña. “Estoy aprendiendo mucho de José Ramón porque tiene muchísima experiencia y se exige muchísimo”, señala Óscar, quien también conoció a Joserra.
“Un día me acerqué al club y le pregunté a José Ramón que si necesitaban a alguien para echar un cable y me puso en el puesto más alto, organizando La Romaña”, explica entre risas. Para José Ramón, la llegada de Óscar supuso todo un alivio, ya que, cada vez que se encargaba de organizar la prueba, volvía a recordar, a revivir la muerte de su hijo. “Para mí que Óscar se encargase de la organización fue todo un alivio. Estaba a punto de tirar la toalla y dejarlo porque, cada vez que organizaba La Romaña, sufría porque recordaba a mi hijo, no paraba de revivir lo que había pasado y eso es algo muy duro”, expone el actual presidente de Ganerantz Mendi Taldea.
Más de 250 atletas Mañana, gracias a la labor de personas como Óscar y José Ramón, más de 250 marchadores podrán disfrutar de una gran jornada de montaña. “El año que se disputa antes de la Hiru Haundiak, que es cada dos años, llegamos a tener cerca de 450 participantes y eso multiplica el trabajo”, apunta Óscar. Para tener todo pulido de cara a la presente edición de La Romaña, llevan seis meses haciendo gestiones, solicitando permisos y demás acciones para que mañana todo esté presto y disputo para la disputa de esta prueba.
“Movemos a mucha gente, no solo marchadores, sino también voluntarios de la organización. Intentamos hacerlo lo mejor posible”, reconoce Óscar. “Cuando acabamos la prueba venimos al club, nos sentamos relajados y nos tomamos una cerveza tranquilamente”, explica José Ramón, creador de La Romaña, una prueba en el nombre de su hijo.