SUS orígenes hay que buscarlos en la antigua Grecia, donde dicen que Hipócrates puso a macerar vino con ajenjo y díctamo para elaborar un vino que la Edad Media llamó hipocrático. A lo largo de los años se fueron añadiéndose otros productos como almendras, canela y miel. Los farmacéuticos aromatizaban aquellos vinos triturando hierbas y plantas en el mortero, arte que sobrevivió gracias a monjes, doctores y alquimistas. Cuenta la historia que la paternidad del vermú moderno corresponde a Antonio y Beneditto Carpano. Era entonces una bebida elaborada a base de un vino moscatel, azúcar, alcohol, caramelo y diversas sustancias aromáticas, hierbas, hojas y especias para personalizar el sabor.
Claro que no existe una fórmula universal. Por ejemplo, el vermú Cinzano que hoy nos ocupa fue creado el 6 de junio de 1757 por otros dos hermanos de Turín, Giovanni Giacomo y Carlo Stefano Cinzano, quienes elaboraron un vermú rojo con hierbas aromáticas del herbolario familiar. La nueva destilería llegó a ser una de las más afamadas, al punto de que la Casa de Saboya le otorgó una licencia oficial de la Corte en 1786. Aún hoy, su fórmula se custodia en secreto en la legendaria casa.
Hoy este vermú ha llegado hasta el siglo XXI en plena madurez. Pudo comprobarse ayer en la III Ruta del Vermú Preparado, cuyo desenlace tuvo lugar en el espacio Yimby, donde BilbaoCentro, con su presidente en ciernes, Adolfo Lorente, su gerente, Jorge Aio, Olga Zulueta y José Mari Amantes, a la cabeza organizaron la final del vermú preparado de la mano de Cinzano, marca representada por Nuria Escoda y Carla Padró, entre otros nombres. A la final llegaron Aitziber Cancio, del Koli; Igor Castañeda, de Beltza Taberna; Alberto Aparicio, de Attico 14; Felipe Gárate, del café bar Las Torres; María José Soto, del bar Txomin El Rincón de Vermouth; y Andrea Salvini, del Nikkou, allá en la getxotarra plaza San Nicolás.
A la postre, fue Andrea el hombre que dio con la tecla, el alquimista que tuvo el don y la mano suficientes para ser ganador del certamen a decir de un jurado compuesto por Alejandro Cepeda, miembro de la Escuela de Hostelería de Galdakao; Igor Agirre, cocinero bilbaino y Giusseppe Santamaría, Brand Ambassador Campary Academy. Todo un lujo para los participantes en el concurso.
lo echaron en falta Algunos de los presentes echaron en falta algo: las rabas de los domingos que acompañan al vermú. Entre ellos se encontrabam Amaia Deprit, de Bilbao Ekintza; Olatz Elgea, Unai Uribetxeberria, Jon Andoni Zarate, María José Remiro, Felipe Gárate padre; Josune Lavín, Juan Cañón, Aitor Berlanga, Itziar Zarraga, Roberto Menéndez, José Ruiz, Jon Aldeiturriaga, Miguel Ángel Reguero, Any Rowshan, Gonzalo Barañano, Rafael Meissner, Arturo Trueba y Ander Agirregomezkorta entre otros.