Bilbao - El colegio Zurbaran ubicado en Bilbao divisa en el horizonte el reagrupamiento definitivo de su alumnado, aún más dispersado desde que en julio se clausurara su edificio de infantil. Será tras un proceso que requerirá armarse de paciencia y que pasa por la ampliación de las instalaciones de la calle Zumaia. Por de pronto, se ha acordado que el próximo curso todos los alumnos acudan a ese mismo centro -al que hasta ahora solo asistían los alumnos de Primaria- a costa de perder espacios comunes hasta que se efectúe la ampliación.
Se trata de una decisión adoptada después de que el edificio de Infantil, ubicado desde hace 20 años en los bajos de Panera, de propiedad municipal, fuera clausurado el verano pasado, debido a problemas de saneamiento. Aunque en principio el desalojo de los 143 alumnos parecía temporal, la ausencia de tierra bajo el suelo del local requerirá unas obras de gran calado que atañen a la comunidad de propietarios. Ello imposibilitará que los alumnos de Infantil pudieran volver a dicho edificio.
En septiembre de 2016, los 68 alumnos de 2 y 3 años fueron desplazados al edificio de Primaria del propio colegio Zurbaran mientras que los 75 alumnos de 4 y 5 años fueron trasladados al colegio Uribarri. Desde entonces, la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), que solicita el reagrupamiento definitivo de la comunidad educativa, ha mantenido varias reuniones con el Ayuntamiento de Bilbao y con el departamento de Educación del Gobierno vasco, responsable de la planificación.
Cuenta de estas reuniones y de la cronología de la problemática del centro dio ayer Koldo Narbaiza, concejal de Euskera y Educación, en una comisión celebrada ayer a petición de EH Bildu. Según reveló, fue el pasado 11 de julio cuando se constató el “estado deficiente del suelo” del edificio Panera, que presentaba “fuertes hundimientos”. A raíz de esta “situación constructiva compleja” se decidió desalojar el edificio con el consecuente traslado de los alumnos. “Aprovechamos el verano para adaptar los centros”, afirmó el edil, quien explicó que la comunidad educativa fue informada el 21 de julio.
Paralelamente, se realizó el “anteproyecto técnico para subsanar los problemas detectados” en el edificio Panera, lo que implicará “la demolición del suelo”. Según concretó Xabier Goitia, arquitecto del Área de Educación, el suelo de hormigón del edificio está en el aire, debido a que “el terreno se ha compactado o trasladado”. El origen del hundimiento está en una de las redes de saneamiento perteneciente a la comunidad de propietarios, por lo que son ellos quienes “tienen que liderar la problemática”. Ello supone que el edificio no se podrá utilizar “a medio-largo plazo”.
De esa forma, en una reunión mantenida el 15 de diciembre, la AMPA de Zurbaran expuso su deseo de no volver a las instalaciones de Panera. Como solución, Educación propuso que “todo el alumnado se trasladara a Zurbaran, mientras se instalan unos módulos portátiles”, concretó Narbaiza. Esta alternativa no agradó a las familias del alumnado, que han preferido aprovechar la oportunidad de crear un centro integral, aún a costa de perder espacios comunes de forma temporal.
Según la última reunión, mantenida el pasado lunes, la dirección de Zurbaran llegó a un acuerdo con el departamento de Educación para ampliar el centro escolar, aunque todavía no se conocen cuáles serán los plazos ni las obras que se acometerán. Lo que es seguro es que a partir del próximo curso, los 378 alumnos de Zurbaran podrán estudiar en un mismo centro, mientras que las obras de Panera serán coordinadas por el Área de Economía y Hacienda del Consistorio de Bilbao. - Ane Araluzea