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Tras los pasos de los inmigrantes que se asentaron en Ugao entre 1890 y 1975

El investigador Iñaki García Uribe ofreció ayer una visita guiada por las empresas y casas de los obreros

Tras los pasos de los inmigrantes que se asentaron en Ugao entre 1890 y 1975

Ugao-Miraballes - Medio centenar de personas participaron ayer en una original visita guiada para conocer las causas y el origen de las diferentes oleadas de inmigración que provocaron que Ugao-Miraballes multiplicara por diez su población en menos de un siglo. De la mano del investigador local Iñaki García Uribe, los asistentes se acercaron hasta las empresas que en los albores del proceso de industrialización se asentaron en el término municipal y que con su necesidad de mano de obra generaron un “tremendo efecto llamada por el que la villa pasó de los 412 habitantes en 1890 a los 4.322 censados en el año 1975”, destacó.

Este ingente crecimiento demográfico supuso todo un reto para una pequeña localidad de 4,5 kilómetros de superficie enclavada en un valle y sin demasiada capacidad de expansión. ¿Cuáles fueron las procedencias de esos miles de inmigrantes? ¿Dónde se alojaron? ¿Cómo se integraron en la localidad? Son algunas de las preguntas a las que García Uribe intentó dar respuesta. Por regla general “eran personas muy pobres que venían en busca de un futuro mejor”, y como anécdota contó la vivida por un gallego “que llegó aquí con la ropa rota y con un cerdo que mató al día siguiente para poder disponer de alimento, al menos durante unas pocas jornadas”.

Cuatro localizaciones Tras una exposición en el ático del Palacio Jane, el recorrido arrancó con una primera parada a la altura de Talleres de Miravalles, fundada en 1892 por Petrement que ya era propietario de una factoría en Palencia. En esa última década del siglo XIX llegó la primera oleada de inmigrantes que curiosamente “procedían de localidades cercanas como Zeberio, Arrankudiaga y Zaratamo y eran gentes que decidieron dejar el caserío y venirse a trabajar para ganar por primera vez un sueldo”.

El cierre de Talleres Palencia fue la razón que motivó el asentamiento en Ugao de numerosas familias palentinas “ya que Petrement ofrece a sus obreros trasladarse hasta aquí y la propuesta es aceptada por alrededor de un tercio de esos trabajadores”, explicó Uribe.

Junto a los pabellones de Talleres de Miravalles se levantaron las Casas de San Bartolomé con un total de 19 viviendas “además de un bar y un estanco para las necesidades de los obreros de la fábrica”. En esa etapa se asentaron también en la villa los Ibargutxis procedentes de la localidad de Ubidea (comarca de Arratia-Nerbioi). “El Ayuntamiento contrató a un secretario que vino con parte de su familia, entre ellos un primo que fue el que regentó el establecimiento hostelero de las Casas de San Bartolomé”. Otros muchos trabajadores residían entonces en la zona de Saldarian “a unos tres o cuatro kilómetros de distancia del casco urbano de la villa, sin suministro de agua ni luz”.

El siguiente alto en el camino de la visita guiada fue a la altura de la empresa Pradera e Hijos vinculada al sector del hierro y que comenzó su actividad en Ugao en 1928. “Llegó a tener 1.600 obreros y tras la contienda civil aquí vinieron a trabajar 25 requetés que estaban en Orduña y también vecinos de la localidad navarra de Mendavia”. Las últimas oleadas de inmigrantes que recibió la villa de Ugao-Miraballes fueron en torno a 1955 con andaluces y gallegos como protagonistas mientras que en 1970 fue el turno de una treintena de portugueses “de los que hoy en día aún quedan seis familias”.

Casas de Obreros En varios momentos del recorrido, García Uribe incidió en que los trabajadores foráneos de Talleres de Miravalles y Pradera e Hijos “no tenían por entonces ni el estatus ni la capacidad económica para poder vivir en el centro del pueblo” y las empresas “construyen edificios en la periferia del municipio para albergarles y hay casos en los que en un mismo piso llegaban a vivir hasta tres familias”. Así se levantaron las Casas de Usila al pie de la carretera general pero el verdadero hito lo marcó la construcción de las casas del grupo Víctor Chavarri y Salazar, un complejo de 118 viviendas inauguradas por todo lo alto el 15 de mayo de 1954. “Cada piso costo 52.000 euros, un precio que los obreros de Talleres de Miravalles iban pagando porque la empresa se lo descontaba mes a mes de su sueldo. Tras la entrega de las llaves, el censo de Ugao aumentó en un 30 por ciento”, desveló García Uribe a los asistentes a la visita.