Celebrar por todo lo alto la última noche del año lleva un largo tiempo de preparación. Los actos especiales junto a los grandes amigos en las discotecas de Bilbao suelen ser los protagonistas para tener un buen recuerdo de la noche y conseguir entrar con buen pie en el año siguiente. Los jóvenes bilbainos acuden a los populares cotillones que se celebran en los diferentes templos nocturnos que ofrece la villa. Una de las calles de Bilbao más demandadas para el poteo juvenil es Mazarredo. El año pasado, algunos bares de esa zona comenzaron a cobrar entrada para celebrar la Nochevieja y este año son pocos los que todavía dejan a sus clientes acceder sin pagar. Ane y sus amigas guardan desde octubre su entrada para el café teatro Memoria como si del tesoro más valioso se tratase. “Hemos pagado 50 euros por la entrada, pero merece la pena porque es una noche especial”, asegura la bilbaina. Ella y sus amigas, como muchos otros que acudan a dicho bar, tendrán barra libre durante toda la noche, guardarropa, una bolsa de cotillón, desayuno y, además, entrarán en un sorteo para ganar una moto. “Te ofrecen muchas cosas junto a la entrada, pero siempre hemos preferido estar toda la noche en un bar porque si te tienes que ir moviendo puedes morir de frío”, confiesa. Además, prefieren disfrutar entre todas bailando sin preocuparse de sus pertenencias porque saben que “estarán bien guardadas y controladas”.
Las decisiones de a dónde ir la última noche del año pueden causar polémica entre los jóvenes. Martín, a pesar de preferir ir de bar en bar para “no tener que pagar entrada”, al final ha tenido que abonar 50 euros para disfrutar junto a sus amigos de esta noche en la discoteca Backstage. Las entradas de esta discoteca se pusieron a la venta a mediados de octubre y, según Aingeru, relaciones públicas de la discoteca, las vendieron “en solo cinco días”.
Una de las discotecas más concurridas de Bilbao es la Mao-Mao Beach. Se trata de una de las salas de fiesta que más les gusta a Andrea y sus amigas. “Solemos ir cada vez que salimos cualquier finde”, declara. Y, ellas al menos, en un día tan especial como es Nochevieja, no podían faltar. A pesar de que muchos de sus amigos se quedan en los bares de Luzarra, en Deusto, celebrando la Nochevieja, ellas prefieren ser fieles a su discoteca de cabecera. “Comparando los precios de otras discotecas, tener que pagar 30 euros no está mal, pero aún así me sigue pareciendo un poco caro”, confiesa. Por el precio, tienen derecho a tres consumiciones, a una bolsa de cotillón y al guardarropa. Según apunta esta joven, “el gran desafío” será llegar a la barra.
Otras opciones Todavía quedan jóvenes que se resisten a pagar la entrada de los cotillones, pero no por ello se lo pasan peor. Hay cuadrillas que saben montarse la fiesta por su cuenta. Es el caso del grupo de Sandra que, como llevan haciendo más de tres años, celebrarán la Nochevieja en su lonja. “Pagamos todos los meses casi 30 euros y no nos compensa pagar 50 euros para estar en una discoteca”. Por eso, deciden convertir su local en una “discoteca privada” a pesar de que sobre las cuatro de la mañana siempre “salen a seguir la fiesta por algunos bares” de Bilbao. Según apunta, en el mes de diciembre suelen pagar más “para tener bote para ese día”. Semanas antes, suelen hacer una quedada para empezar a organizar todo para que ese día “esté todo bien controlado”. De hecho, a falta de dos semanas para que termine el año, ya tenían “lo más importante” entre sus manos. “La comida y la bebida no puede faltar en una noche tan especial como esta”, explican. ¡Que empiece la fiesta!