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Loli, una pintora de vocación tardía

A sus 73 años, María Dolores Landeta lleva diez pintando y ahora expone sus obras en Basauri Comenzó a pintar en un curso de la casa de cultura y se ha convertido en una artista amateur

Basauri - María Dolores Landeta, Loli, es una de esas personas que son un ejemplo para las demás, un caso claro de que querer es poder, y de que nunca es tarde para hacer cosas, aprender, disfrutar y poder transmitir a los demás esas ganas de vivir haciendo lo que te llena. En este sentido, Landeta encontró en la pintura esa afición, convertida ahora en pasión que la llena de una manera especial.

“Me encanta dibujar y puedo pasarme horas y horas delante de lienzo”. El tiempo que invierte es incalculable, pero la satisfacción de hacerlo es infinita. Landeta ha llegado a despertarse “a las cinco de la mañana” y se ha ido directa a su rincón de dibujar. Pero lo más curioso del idilio entre la artista y la pintura es que comenzó solo hace diez años.

Además, Landeta comenzó a dibujar “porque me obligó mi hijo”, comenta. Y es que, a sus 73 años, hasta que el chaval la convenció de que realizara uno de los talleres de artes plásticas y pintura de la casa municipal de cultura de Basauri, nunca había cogido un pincel y una paleta y se había enfrentado a un lienzo en blanco. Su hijo siempre le había comentado que “tenía buen gusto en relación a la belleza, la estética y el arte en general”, por lo que era como “una espinita clavada” que nunca había sabido quitarse.

Hoy es el día en el que la pintura y los talleres a los que asiste -porque no ha dejado de formarse en los cursos que se ofrecen en Basauri- le dan la oportunidad de expresarse de otra manera y de sacar ese “buen gusto” que siempre ha guardado con recelo. A pesar de su corta trayectoria, Loli expone actualmente algunas de sus obras en la Taberna Mayor de Basauri. “Creo que mi principal virtud es la exactitud y el realismo en el color”, aunque también asegura que le pone “mucho amor y tesón”.

Las ideas La inspiración le llega de “distintos puntos”. Puede pintar una foto que ha visto en una revista, puede hacer cuadros de obras ya existentes y que le dicen algo o puede tomar ideas de fotografías. Pero sobre todo, la máxima inspiración de Landeta es “hacer lo que me gusta y pintar parajes que para mí son especiales”. Cuando le preguntan qué es lo que más le gusta dibujar, duda, pero al poco responde que prefiere “reflejar el realismo en el color y las formas y mi propia motivación es la que hace que elija un motivo u otro”. También cuenta con la colaboración de su hijo y descubridor, que hace fotografías de lugares “especiales” y de ahí las utiliza como referencia. Entre estos paisajes que le cautivan están el puente de San Antón de Bilbao, la playa de Gorliz o Sopela, San Juan de Gaztelugatxe, su antiguo barrio en Arrigorriaga, etc.

Esta es la primera vez que expone sus trabajos. “La exposición es variada y he intentado traer cuadros que muestren esa variedad en la obra”, comenta. La selección ha sido “complicada”, ya que al exponer “en el municipio en el que vives, quieres que sea algo especial”. En cuanto a las técnicas que utiliza, se ha especializado principalmente en el óleo, aunque cuenta con algún cuadro pintado en acuarela.

Su evolución como artista amateur ha sido total, ya que al principio se dedicaba a pintar bodegones y ha acabado atreviéndose incluso con retratos y paisajes realistas.