EE.UU. otorga a la Norwegian la licencia para un posible enlace Bilbao-Nueva York
Junto con la provisión de nuevos aviones era una de los obstáculos a solventar
Bilbao - La posible concreción de un vuelo regular entre Bilbao y Nueva York ha solventado un obstáculo más. La semana pasada, la compañía noruega de bajo coste, Norwegian Airlines, ha obtenido del Departamento de Transporte de los Estados Unidos la licencia definitiva de operador extranjero para su filial irlandesa denominada Norwegian Air Internacional (NAI).
Alfons Claver, responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales de Norwegian Airlines, indicó ayer a DEIA que “sin duda, es una buena noticia que despeja el camino para nuestras intenciones con respecto a la ruta desde Bilbao que siguen estando encima de la mesa”.
Bajo el paraguas de la filial NAI, la compañía low cost gestiona la mayoría de las 151 rutas que ofrece a través de los 14 aeropuertos del Estado en los que opera, incluido Bilbao.
La propia aerolínea planteó en mayo del pasado año cómo, entre sus planes de apertura de nuevas rutas, se encontraba la conexión del aeropuerto cabecera de la cornisa cantábrica bien con Nueva York o bien con otra ciudad de la costa este norteamericana como podía ser Boston.
Para ello se tenían que dar una serie de condicionantes que pasaban en primer lugar por obtener el pertinente permiso de las autoridades del transporte de Estados Unidos como operador extranjero. Un proceso que ha sido largo y complejo, según han explicado fuentes de la aerolínea, ya que la tramitación de la licencia suele tardar seis meses y en este caso ha supuesto seis veces más de espera. Todo debido a la presión ejercida por las compañías aéreas norteamericanas que ven en los planes de la low cost escandinava un serio competidor para sus conexiones entre Europa y Estado Unidos. De hecho, tras darse a conocer la concesión, este lobby ya ha pedido al presidente electo, Donald Trump, que revoque la licencia concedida.
Primero desde Irlanda Alfons Claver indicó ayer a este periódico que “lógicamente, las primeras rutas con Estados Unidos las abriremos desde Irlanda, a través del aeropuerto de Cork con Boston, para después seguir desde otras ciudades europeas”.
Confesaba que, lógicamente, Bilbao no será de las primeras, “al ser un aeropuerto más capilar”, especificó, aunque sí indicó que varias de las primeras rutas trasatlánticas serán desde Barcelona. De hecho ya tienen cerrada la inauguración a partir de junio próximo de las conexiones desde el aeropuerto de El Prat a destinos como Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y Miami. Estos enlaces los protagonizarán los nuevos aviones que está recibiendo la compañía, los Boeing 787, apodados Dreamliner, y que tienen un radio de acción de 15.000 kilómetros y pueden albergar hasta 340 pasajeros en función de su composición en cabina.
El modelo de avión para operar entre Bilbao y la costa este norteamericana es otro de los condicionantes a solventar. Norwegian está esperando a que el fabricante norteamericano inicie el suministro de la última versión de los Boeing 737, la denominada Max, que será perfecta para cubrir la distancia con la costa este.
La razón es la eficiencia de sus motores, que le permite sobrevolar en su radio de acción el océano Atlántico, algo menos de 6.000 kilómetros, aportando una oferta de asientos más reducida que se ajusta a la potencial demanda desde Bilbao.
En concreto, las plazas a ofertar con este nuevo modelo Max, en su versión 8, que es la que se utilizaría desde La Paloma, es de 189 asientos, muy similar a la capacidad de las aeronaves que ahora utiliza Norwegian para unir a diario Bilbao con Barcelona, la ruta inaugurada recientemente, que se une a la que gestiona con la capital noruega de Oslo en los meses de verano.
La aerolínea low cost ha encargado al gigante aeronáutico un centenar de aeronaves 737 Max, y Claver especificó ayer que “los primeros empezarán a ser suministrados ya el próximo año”. De la misma manera que se priorizarán los aeropuertos con más potencial de clientes, los nuevos aviones se irán distribuyendo también en las rutas ya establecidas y en las nuevas con más posibilidades de cuajar. Quién sabe, igual no para el año próximo pero sí para verano de 2018 se pueda cruzar directamente el charco desde Bilbao.