Ondarroa - Las localidades que gozan de costa suelen dar oportunidad para practicar deportes relacionados con el agua. Aunque el surf sea el más conocido, hay variantes que también tienen una gran legión de practicantes como el bodyboard. Uno de los jóvenes apasionados de la tabla corta es Jon Haitz Badiola, amante del bodyboard que ha recorrido diferentes puntos del planeta cabalgando las olas y que es también uno de los fundadores de Eskilantxarri Kirol Elkartea de Ondarroa.
Desde que a los 14 años empezara a coger sus primeras olas en la playa ondarrutarra, su deporte favorito le ha llevado a visitar diferentes arenales de países como Chile o Nicaragua. Y es que moverse para encontrar los mejores lugares para surfear ha sido una constante para él ya que la playa de su localidad natal no ofrecía las mejores condiciones. “Ondarroa no es un buen sitio para surfear, ya que al ser una barra grande las olas no entran como es debido. Por ello, desde muy jóvenes nos hemos tenido que mover”, rememora. La playa más adecuada y más cercana era la de Deba, aunque también solían ir a la de Zarautz en tren. Recuerda las épocas cuando eran más jóvenes y no tenían coche, por lo que “hemos hecho dedo a más no poder”, señala con una sonrisa.
La afición por coger olas es algo que se instaló en las costas vascas allá por los años 60 y desde entonces no ha hecho más que crecer. La época adolescente suele ser normalmente cuando germina un amor a un deporte que requiere paciencia y constancia, algo que lleva a una selección natural. “Por lo que he conocido desde que comencé con el bodyboard siempre ha habido mucha afición. Con la edad de 14 o 15 años a todos nos ha gustado hacer surf, otra cosa es que luego hayan seguido practicándolo”, afirma Badiola. Cada año entra gente nueva al agua, pero todos no continúan, porque se aburren, porque pasan frío o por diversos motivos. Según el ondarrutarra, al final queda una selección pero no de buenos o malos deportistas, si no de aquellos a los que de verdad les gusta el deporte; “yo me quedé entre esos seleccionados y aquí sigo”.
Jon Haitz es Ingeniero de profesión y gracias a una beca concedida por el Gobierno vasco hace unos años pudo conocer las olas de Chile. “Cuando vi el listado de destinos tenía seis opciones: cinco eran en Europa y una en Chile. Por eso, cuando fui a entregar los papeles les dije: o voy a Chile o no voy a ningún lado”. Y es que el joven deportista tenía marcado el destino sudamericano gracias a los vídeos que solía ir mirando en YouTube de lugares con buenas olas. “Allí tuve uno de mis mejores baños, pero no diría que ha sido el mejor destino, porque este año he estado en Nicaragua y he cogido olas muy buenas. Y en casa también he surfeado grandes olas”.
El bodyboarder también es uno de los fundadores de Eskilantxarri Kirol Elkartea de la localidad costera junto a otros nueve amigos. Creado en 2011, querían llenar el vacío en Ondarroa ya que no había ningún centro o club de surf. Y para que no estuviera enfocado solo a una única modalidad, decidieron abarcar otros deportes acuáticos como el kayak, piragua, pádel o el bodyboard. “Es una asociación general, a pesar que la mayoría de los que creamos el club vengamos del mundo del surf”. Hoy en día, contando con todos los servicios que ofrecen, suelen pasar cerca de 500 personas al año por el club entre abonados, federados y los alumnos de diferentes centros de estudios. “Ofrecemos a la gente la oportunidad de afiliarse, pagando una cuota al año con lo que consigue la llave del local y poder utilizar el material cuando ellos quieran”. El club cuenta incluso con un acuerdo con los centros educativos del municipio para que los alumnos de Secundaria puedan practicar diferentes deportes acuáticos en las horas de Educación Física. “Con ello logramos ampliar la oferta deportiva de los centros, dando facilidades para su práctica”, apunta Badiola.
Para que el bodyboard cuente con una cantera mirando al futuro, una vez al año también organizan un campeonato de la especialidad en Ondarroa que da comienzo a principios del invierno. Con todo ello, Jon Haitz Badiola no se sentirá solo cuando se sumerja en las aguas de cualquier parte del mundo para coger olas con su tabla.