Sestao - Es lo que tiene jugar con plastilina cuando eres pequeño. Al final le pillas el tranquillo y con mucha imaginación, una formación continuada y buenas manos se puede uno convertir en un lustroso escultor capaz de transformar un insípido trozo de arcilla en expresivas figuras y objetos que adornan más de una estantería para deleite de su poseedor. Y es que, aunque Markel Gallego Herbella, 29 años de atemperada rebeldía creativa, es un artista plástico que cursó escultura en la facultad de Bellas Artes de la UPV-EHU, reconoce sin tapujos que “el trabajo de alfarería es hoy por hoy mi medio de vida”. Consciente de que “helarte” sigue siendo morirse de frío, su capacidad creativa sobrepasa su dedicación crematística a la alfarería -arte milenario que señala como base para empeños mayores- y proyecta su capacidad hacia otras creaciones culturales.
No en vano, Markel fue uno de los diez escultores propuestos por la UPV para participar en el montaje escénico que llevó a cabo en el museo Guggenheim de Bilbao el artista chino Cai Guo-Quiang que recreó a base de más de 60 esculturas la “declaración de la renta” en un periodo antiguo de la cultura china. “Sin duda fue un trabajo extenuante pero muy agradecido que nos valió el reconocimiento de este artista mundialmente conocido por su lenguaje con pólvora como el que diseñó para la inauguración de las Olimpíadas de Beijing”, apunta Markel quien señala al joven y reputado escultor ortuellarra Txemi Novoa “como mi mejor influencia a la hora de aprender. Él me metió en el mundo del barro en profundidad y hoy en día es mi forma de vida junto con la escultura o la pintura”.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte este joven creativo ha encontrado una interesante línea de trabajo en la creación de “trofeos” para todo tipo de eventos sociales, culturales y deportivos.
Trofeos artísticos “Trato de apartarme de la imagen típica del trofeo, especialmente en los deportes -donde predominan las copas y las medallas- investigando maneras en las que la creación cumpla un doble objetivo: el del reconocimiento que supone el haberla logrado y de su exposición como una obra de arte”. Esa filosofía le ha llevado a crear trofeos singulares para diversas eventos como la prueba de Mello Saria de Muskiz para la que creó sendos pies, uno de ellos posado sobre la punta y otro sobre el talón. “Es una recreación del movimiento natural del pie en carrera”, apunta este joven autor que a partir de octubre tendrá la oportunidad de compartir cartel con los artistas que tomarán parte en la muestra itinerante Gure Artea que comenzará en octubre en Barakaldo y que se acercará a varias localidades vizcainas.
Amante declarado de la pesca de costa y de la recolección de setas por los montes de Euskadi, Markel Gallego compagina su labor creativa con la formación alfarera de todo tipo de edades. Una faceta en la que posee una dilatada experiencia tras cerca de diez años como monitor de cerámica en la casa de cultura de Gallarta (Abanto-Zierbena) y que hoy continúa en su pequeño taller del sestaoarra barrio de Markonzaga. “El trabajo en cerámica, aparte de fomentar la creatividad, estimula la parte del cerebro que mejora la visión espacial a entender los volúmenes e incluso el trabajo manual ayuda a retrasar los efectos del Alzheimer. Al fin y al cabo el hombre ha evolucionado utilizando sus manos”, defiende este alfarero que mañana sábado por la tarde y el domingo por la mañana abrirá su taller al público en la feria outlet que celebra el comercio local en la plaza de San Pedro.