La terraza ‘Le Club’ del hotel Ercilla acogió la presentación de la ‘app’ Wallapop
FUE una tarde reventona de sorpresas. Y como quiera que la sorpresa es el móvil de cada descubrimiento no cabe otra lectura de lo vivido ayer: la tarde los de ojos abiertos de par en par. Nada más bello que la irregularidad, es decir, lo inesperado, la sorpresa o el estupor dijo Charles Baudelaire, así que también fue una tarde hermosa, una tarde en la sonaron los applausos para las ideas con swing.
¿Por qué? ¿Y por qué decirlo así...? En primer lugar por el escenario. No en vano, la inmensa mayoría de los asistentes al encuentro desconocían la existencia de Le Club, la terraza enclavada en la azotea del hotel Ercilla, con una vistas fabulosas de los tejados y los cielos de Bilbao. Y si a ello se le añade que fue la app Wallapop, en su presentación ante la sociedad bilbaina, la encargada de abrir las puertas del cielo cobra sentido todo, dos ideas al compás del siglo XXI salieron a escena de la mano.
Lo explicaba mejor que nadie ayer Gemma Escribano, la directora de marketing de la aplicación de cuna catalana: se trata de una plataforma habilitada para la compraventa de segunda mano que ha hecho furor. No en vano, en apenas dos años y medio de vida han reclutado 32 millones de usuarios y han subido a esa suerte de Portobello londinense y digital más de 70 millones de productos. Andan estos días entre nosotros dándose a conocer, con acciones de street marketing y celebraciones como las de ayer, por todo lo alto. Viéndoles actuar, se entiende que puedan apoyarse en un juego de palabras: originales de segunda mano.
compraventa Se apoyaron para el aterrizaje en la villa en BLB 48, con Sofía Mugarza y Naroa Sampedro, entre otras jefas de pista; en el sushi de Sumo, el jamón de Gloria Bendita o el queso de La Manducateca entre otras gollerías, la ya alabada terraza y una promoción a la bilbaina: aquel o aquella que suba un producto a Wallapop, añada su descripción y precio y remate la explicación con el hashtag #wallasummer desde Bilbao entra en un sorteo de 1.000 euros para las vacaciones. Canela fina.
Al encuentro con ese universo acudieron en tropel. Desde el doctor José Lus Neyro hasta Verónica Ruiz, emisaria de la Fundación Pequeño Deseo, pasando por María Loizaga, la diseñadora Teresa Busto, Enrique Thate, Javier Lázaro, Óscar del Hoyo, Pepa Gandarias, Mikel Campo, Rocío Hidalgo, Inma Fiuza, Jorge Canivell, Paz Varas, Iban Cachorro, Elsa González, del Desván Rosett; Susana Tierra, Antonio Agirre, la peluquera Yolanda Aberasturi, Alberto González, Marta Etxebarria, Yolanda Zarate, Nekane Palacios, Izaskun Bengoa, Idoia Álvarez, Ainhoa García, Carlos Hernández, Gorka Mendieta, Marta Hernández, Jessica García, Iñaki Muñoz, Natalia Muñoz, Merche Miguel, Alex Sevilla, Fátima Cuadrado, Gontzal Bengoetxea, Mila Sánchez, Jaime Ellacuria, Iñaki Alonso, Ane Oñaederra, Gurutze Mazón y un nutrido grupo de asistentes a una fiesta que atrajo a la multitud con dos sorpresas por delante para dejar a los presentes con la boca abierta.
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