CUÁNTAS historias no cabrán al otro lado de esa esfera: toda una vida. O miles. No en vano, Perodri Joyeros es una de las grandes joyerías de Bilbao, uno de los templos de Luxor de Bilbao, un lugar donde se acaudala un fascinante tesoro de oro y piedras preciosas (entre otras maravillas...), talladas por las manos de fabulosos orfebres que ayer celebró en la Gran Vía eso que llaman una edad respetable: 55 años. Lo hicieron de la mano de la firma Eberhard & Co., una marca de relojes suizos que trajo hasta la villa una edición exclusiva para Perodri -el segundero y el nombre del modelo sobre la esfera en ese verde Perodri tan elegante y característico y la leyenda tatuada en la caja en la que puede leerse Special Edition Perodri y el número de la edición limitada, solo 55 piezas únicas...- de su legendario Scafograf 300.

Cuentan las crónicas que el relojero suizo aceptó el reto de enfrentar a uno de sus legendarios relojes al mar y sus profundidades, de costumbre enemigos acérrimos de tan delicados mecanismos. Eran los tiempos en que Ernest Hemingway escribió El viejo y el mar, días en que los océanos atraían al hombre con la fuerza del canto de sus sirenas, por decirlo a la manera de las grandes epopeyas griegas

El reloj no existe en las horas felices, dijo el poeta. Sirve como metáfora pero no como realidad pura y dura. No en vano, ayer fueron horas felices, vaya que si lo fueron, las vividas por Karlos Pérez y Nerea Galdeano, las manos que gobiernan las bridas de Perodri Joyeros en Bilbao. En la celebración de aquel nacimiento en el ya lejano 1961, el año en el que John F. Kennedy tomó posesión como presidente de Estados unidos; actuaron por primera vez The Beatles en el Cavern Club de Liverpool y Yuri Gagarin gobernó el primer vuelo espacial tripulado de la historia, no faltaron el director general de Eberhard & Co., Mario Peserico; Alberto Brooking, director de Eberhard España; el sastre Juan Manuel Vela, Izaskun Ayo, Mariano Gómez, José Ángel Ruiz de Asua, José Ángel Goldaracena, Ana Isabel Borlaff, el relojero Rafael Casado, María Luisa Mata, Idoia Gutiérrez de DEIA, Javier Garrós y todo un elenco de amigos y clientes -vienen a ser sinónimos...- de la casa.

en el fondo del mar En el fondo del mar, matarile, rile, rile... El reloj estrella de la tarde invitaba a cantar. No en vano, el Scafograf 300 es un reloj de buceo mecánico, automático, con una caja de acero Ø 43 mm, un bisel giratorio de cerámica unidireccional con marcadores luminiscentes en los primeros 15 minutos, cristal zafiro convexo y válvula de escape de helio a las 9. La esfera negra con efecto “galbé” tiene índices luminiscentes y fecha a las 3. Vamos, toda una joya. Darán fe de lo que digo Javier Martínez, Izaskun Olaizola y Carmen Mendizabal, tres transeúntes que miraban desde el exterior las exquisiteces del reloj. Preguntaron el porqué de la alfombra en la calle y del gentío que se arremolinaba en el interior al frescor del champán y conocida la causa una de ellas la clavó: Perodri es Bilbao con brillos.