Ysiento ganas de llorar o hacer la revolución cuanto antes...” Cien años después de haber nacido, las palabras de Blas de Otero gastan tanta vigencia o más que el día en que las dijo. A Blas le han considerado una de las grandes voces descarnadas de la poesía social de los años 50, aunque lo suyo fue más allá de una protesta. Blas dejó huella en quienes le leyeron, en los poetas de su generación y posteriores, en quienes, como Sabina de la Cruz, hicieron camino a su lado. Visto así, hubiese sido un gesto injusto dejar que se esfumase su centenario sin rememorarlo, sin recordar al hombre ni a sus versos.
Organizado por la Fundación Blas de Otero, que custodia su legado, y el Ayuntamiento de Bilbao, desde ayer y hasta el 4 de junio, se desplegara en la Biblioteca de Bidebarrieta el programa Cien años con Blas de Otero 1916-2016 que reunirá a destacados poetas del panorama actual de las letras castellanas y contará además con la participación del cantante Paco Ibáñez. Al homenaje por fascículos en seis días se unió ayer mismo, a través de un cortometraje, el poeta Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 1926), gran amigo de Otero y que coincidió con él durante su estancia en Cuba. Lo hizo en la jornada inaugural del programa, en la que participaron el viceconsejero de Cultura del Gobierno vasco, Joxean Muñoz; Sabina de la Cruz, presidenta de la Fundación Blas de Otero; el patrono de la misma, Mario Hernández, gran conocedor de la obra del poeta y que colaboró con su viuda en la edición, hace tres años, de la Obra Completa de Blas de Otero (Galaxia Gutemberg) y Iñaki López de Aguileta. En la apertura, digo, se proyectó el cortometraje documental Caballero Bonald, recuerdo de un poeta, dirigido y con guion de José Fernández de la Sota, también presente en la cita.
justa memoria “Es de justicia hacer memoria”, le decía, escaleras arriba, Juan Carlos Zarate a Luis Hernández mientras este asentía con el sofocón de la ascensión. A Blas le recordaron ayer los mayores, quienes le leyeron o le saludaron en Bilbao a la hora del café. He ahí el sino de los tiempos: el olvido de lo que no es inmediato. No faltaron al homenaje, no obstante, Feli Sanz, directora de la red de bibliotecas municipales; Irma Ferro, entregada en la organización; Juan Moreno Lombardero, Zulema Ferraz, José Mari Amantes, Juan Gerekiz, Natxo Urigüen, Begoña Muguruza, José María Alcalde, Marta Arozena, José Luis Martínez, Isabel Barcina, María Isabel Bonilla, Inmaculada Gómez, María Isabel Ortiz del Río, Andrés Ojanguren, Carlos Martínez, Amets Zuluaga, Carmen Grijelmo y un buen puñado de asistentes que se regodearon, a su vez, en la exposición cronológica de la obra del poeta de Hurtado de Amezaga.
Hoy se darán cita en el mismo espacio para recordarle Pere Gimferrer, Juanjo Lanz y Antonio Martínez Sarrión, mientras que a lo largo de la semana harán lo propio Manuel Rivas, Antonio Carvajal, Jon Kortazar, Xuan Bello, Andrés Neuman y un sinfín más de creadores.