EL judo es uno de los cuatro estilos principales de lucha deportiva más practicados hoy en día en todo el mundo. Uno de los lugares que preservan y difunden el conocimiento de este antiguo arte marcial es el Judo Club Bermeo. Fundado en 1993, sus integrantes han cosechado éxitos durante todos estos años hasta llegar a ser el club más importante de Bermeo en cuanto a resultados deportivos.

“Yo les enseño a luchar pero sobre todo a adaptarse al adversario que tienen delante”. Son palabras de Felix Marin, hombre con un extenso curriculum en el mundo de las distintas artes marciales, aún en activo y que ejerce de sensei en la sociedad deportiva. Cuando se creó el club, empezaron con las disciplinas de judo y jiu jitsu. Poco a poco fueron integrando más escuelas de combate como la lucha grecorromana o la lucha olímpica. “Empezamos como experiencia y a la gente le gustó” comenta Marin. También han probado con el grappling, una disciplina que integra aquellos sistemas de lucha cuerpo a cuerpo que no involucran golpes para vencer al rival, sino que se utilizan técnicas de derribo, de posición o sumisión para conseguir puntos o forzar su rendición.

Por todo ello, aunque el club tenga en su nombre la palabra judo, sus integrantes dominan una gran variedad de técnicas marciales. Además, aun siendo deportes de lucha, lo que predomina en las competiciones en las que participan es la amistad entre los luchadores. “Lo que me ha enseñado este deporte es que sobre el tatami somos rivales, no enemigos”. Lo dice Mikel Marin, uno de los integrantes del Judo Club que ha llegado a quedar subcampeón de España de la modalidad. “En las competiciones nos tratamos con respeto, algo que, tal vez, no se da en otros deportes. El combate puede ser agresivo pero fuera del tatami vas con toda la educación posible” apunta el joven bermeotarra.

Eneko Abarruza es otro de los que acuden al club a entrenar sus técnicas de lucha. Este último año, debido a una lesión, ha tenido que dejar la competición de lado. Las últimas en las que tomó parte fueron en Londres, mientras estaba estudiando ingles. “Hay un nivel más alto en Inglaterra; aparte, yo competí en un estilo de jiu jitsu brasileño, en el cual todavía era cinturón blanco”. Si tuviera que destacar algo de su deporte no duda que “lo mejor es la piña que haces con los amigos”. Unai Abasolo y Ander Fernández son otros dos componentes de esa cuadrilla. Según el primero lo aprendido en el club, “ayuda a tener una disciplina, aprendes en autocontrol“. Él también ha llegado a estar entre los mejores con sendos terceros puestos en el campeonato y la copa estatal.

En el judo, al contrario que ocurre en otros deportes, la edad no es un handicap para su práctica. Joseba Akarregi es el veterano del grupo. Se inició con el judo en 1974, aunque tiempo después lo tuvo que dejar porque empezó a trabajar en la mar. “Hace poco retome la afición porque me gustaba, además me jubilé y algo tenía que hacer” señala.

Las mujeres también compiten en el club y logrando grandes marcas. Un claro ejemplo es Alicia Carreño, judoka invidente que ha llegado a ser campeona del mundo y a participar en unas olimpiadas. “También hay una mujer en el equipo que ha llegado a ser subcampeona de España”. Una judoka que sobre el tatami “controla muy bien los nervios. Se mantiene tranquila en las competiciones”. Y mantener esa calma, según apuntan todos los integrantes del Club, es una de las reglas básicas para poder imponerte a tu adversario en las distintas artes marciales.