Bilbao - Los profesionales del sector aseguran que a día de hoy es más fácil abrir una funeraria que un bar de copas. La liberalización de la actividad funeraria ha traído consigo un desconcierto para el que los empresarios piden una regulación específica, con una ley estatal que sea capaz de defender sus derechos y los de las familias. El XIII Congreso Nacional de Panasef (Asociación Nacional de Servicios Funerarios) celebrado en Bilbao fue el marco elegido como altavoz de las reivindicaciones de un sector que día a día se enfrenta a lagunas legales que obstaculizan una actividad en la que las nuevas tendencias exigen tomar medidas urgentes.

En palabras de Juan Vicente Sánchez-Araña, presidente de Panasef, la única regulación que hay a nivel estatal es el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria de 1974. Después de eso, explicó ayer durante un receso, la normativa se transfirió a las comunidades, lo que provoca que a día de hoy haya “barreras entre unas y otras”. Conocedora de los problemas que puede acarrear ello es María Ascensión García de Andoin, propietaria de Funerarias Aranguren y miembro de la junta directiva de Panasef: “Si un señor de Bizkaia se muere en Valencia es un inconveniente porque no conocemos la normativa valenciana”.

En ese sentido, “Euskadi es una de las comunidades en las que mejor está actualmente la normativa. En 2004 se modificó para regularse de forma específica y clara, con muchos conceptos que no dejan lugar a dudas”, consideró la empresaria vizcaina, quien dirige tres funerarias en la comarca de Enkarterri. En cualquier caso, el objetivo de Panasef, según sus responsables, es promover un enlace entre comunidades que conlleve una mayor comunicación.

Pero esa no es la única razón por la que reivindican una regulación. La asociación que engloba a los empresarios de funerarias nació a raíz de un decreto de 1996 que provocó un “libertinaje” del sector llevado a cabo “sin orden ni concierto”, según Sánchez-Araña. “Parecía que en las puertas de los hospitales se iba a formar una parada de taxis funerarios”, aseguró el presidente de Panasef. “Pedimos que para que la competencia no sea tan desleal y agresiva haya una reglamento en el que seamos todos iguales a la hora de solicitar una licencia, teniendo en cuenta que no son las mismas exigencias para una ciudad de cuatro millones que para un pueblo de mil habitantes”, reclamó.

El desconocimiento de la administración pública respecto a la actividad funeraria, aseguran los profesionales, se acentuó durante la crisis el virus del ébola, que requirió tomar medidas extraordinarias. “Todo el país se movilizó por el temor a la pandemia”, consideró Sánchez-Araña, quien expuso que a partir de entonces el sector funerario, un servicio esencial, paso a considerarse parte de la salud pública. “El Gobierno vasco nos pidió ayuda para la creación del protocolo de actuación. El Departamento de Salud desconocía las medidas que se debían tomar, pero finalmente se creó un actuación con la implicación incluso de la Ertzaintza y de los hospitales”, relató por su parte García de Andoín.

Otro de los flecos de la actividad funeraria atañe al aumento de servicios crematorios. El presidente de Panasef aprovechó el congreso para destacar la importancia de una normativa referente a la emisión de contaminantes. “Las cremaciones superan ya el 50%, lo que nos parece mucho, pero en Japón alcanzan el 99%”, indicó Sánchez-Araña. En el caso de Euskadi actualmente existen 22 crematorios (8 de ellos en Bizkaia) aunque los últimos datos revelan que solo existen un crematorio por cada 917 personas que fallecen. “El problema es que las incineraciones crecen pero no dejan hacer crematorios. Tengo dos proyectos parados: uno en Alonsotegi y otro en el Valle de Mena”, reveló la empresaria vizcaina.

La jornada de ayer contó a su vez con la presencia de Yolanda Díez, concejala de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao, quien inauguró el congreso bianual. “Encuentros como este ponen de relieve que aún queda mucho por hacer en el sector funerario, un ámbito en el que puede dar la sensación de que está todo hecho, pero no así”, expuso.