Ondarroa - Cerca de 50 familias desalojadas tras el desprendimiento de tierras de Kamiñalde siguen esperando un piso para realojarse a punto de cumplirse dos meses del incidente. Hasta ahora han sido 20 las familias que han podido encontrar un nuevo hogar y a otras seis se les ha asignado una vivienda mientras duran las obras de la ladera, que según las estimaciones de los técnicos se prolongarán durante un año.

Estas últimas semanas, Alokabide, la sociedad vasca que se encarga de la gestión de las viviendas, ha acelerado el proceso de adjudicación de los pisos entre los afectados. Pese a todo, la necesidad de nuevas viviendas sigue siendo un problema apremiante y el Ayuntamiento de la localidad costera ha hecho un llamamiento a los ciudadanos que dispongan de viviendas vacías para que las ponga en manos de la sociedad pública del Gobierno vasco.

“Según las previsiones hechas por Alokabide, todavía hacen falta 47 viviendas más en Ondarroa para poder realojar a todos los vecinos afectados”, explicó ayer en rueda de prensa Eneritz Basurko, concejal de Urbanismo. A su vez, el Consistorio ondarrutarra se ha reunido con las inmobiliarias de la localidad para solicitar a los ciudadanos que tienen viviendas a la venta que las pongan a disposición de los afectados. “Además de eso, hemos enviado una carta a todos los ciudadanos que tienen viviendas vacías para pedirles que las pongan en alquiler” añadió Basurko. El Ayuntamiento ha asegurado que están tocando varias puertas y que van a seguir trabajando hasta conseguir relojar hasta al último vecino.

Los propios vecinos afectados por el desprendimiento crearon una gestora hace escasas fechas. Precisamente, en la última ocasión en la que pudieron entrar a sus hogares pidieron al Gobierno vasco y a la Diputación que pusieran más medios para acelerar los realojos. “Es muy duro y no estamos bien”, recalcaba su portavoz Aiert Etxaniz, mientras recordaba que si existían casi 200 familias que en Ondarroa precisaban ser realojadas, había otras 200 familias que también se encontraban perjudicadas por el derrumbe al tener que acoger a amigos y familiares en sus hogares. Para expresar su disconformidad ante la situación que les está tocando vivir, han convocado a todos los ondarrutarras para mañana, a las once de la mañana, para que se acerquen hasta San Inazio vestidos con alguna prenda de color rojo, “para que vean que estamos en la calle, pasándolas canutas”, explicaron los organizadores.

VECINOS AFECTADOS Arrate Gaztiain es una de las vecinas desalojadas que están sufriendo la situación de llevar dos meses fuera de sus casas. En primera instancia estuvo alojada en el hostal Arrigorri de la localidad, hasta que hace un par de semanas ha podido encontrar acomodo en una casa. “Hay muchas familias que aún están sin una casa; la verdad es que faltan viviendas y hay mucha gente que está como el primer día” declara.

Uno de lo mayores problemas que presenta la situación actual es que los vecinos quieren ser realojados en hogares que estén ubicados en la propia Ondarroa, sobre todo aquellos que tienen hijos escolarizados. “Hay gente que ha dicho que no a alguna vivienda porque les han mandado fuera del pueblo; así les es difícil compaginar los trabajos con traer y llevar los críos a la escuela”.

La disposición que han mostrado hasta ahora los vecinos ha sido encomiable en palabras de las propias instituciones públicas que están trabajando sobre el problema. Aun así, el tiempo va pasando y las soluciones no llegan para todos. En palabras de Gaztiain, “hay mil historias, pero todo esto se solucionará cuando volvamos a nuestras casas, retomemos nuestras vidas y rutinas”. Entre esas mil historias que comentaba la vecina ondarrutarra se encuentra la de Ana Richard, una mujer que se ha visto afectada de forma doble por el incidente; primero fue desalojada de su casa durante el 12 de marzo; pero lo peor fue que su ultramarinos, al estar situado al inicio de la calle cortada, se ha visto sin los potenciales clientes. La situación le ha obligado a bajar la persiana. “No cierres me decían, pero viendo esta situación no puedo hacer más”, declaraba ayer ante su local cerrado. Al no estar afectada directamente no puede recibir ningún tipo de ayuda, por lo que solo le queda esperar hasta que dentro de cuatro meses puedan volver algunos de los vecinos que están fuera de sus casas.

Esta misma semana, el Gobierno vasco aprobó poner a disposición del Ayuntamiento de Ondarroa una partida urgente de 240.000 euros para que gestione las necesidades básicas de las familias desalojadas. La medida permitirá cubrir las necesidades más elementales (electrodomésticos, menaje, alquiler?) de los aproximadamente 475 vecinos y vecinas de la calle San Inazio. Y respecto a los hurtos cometidos en las viviendas desalojadas, el Consistorio se ha reunido con la Ertzaintza y le ha instado a que mantenga las labores de vigilancia. El alcalde, Zunbeltz Bedialauneta, ha destacado que mientras se mantenga la situación de emergencia las labores de vigilancia no pueden disminuir.