MAL asunto es ese cuando a uno comienzan a enlatarle los amigos y conocidos que hace tiempo que no ve. No sé ustedes, pero a uno le dice eso tan manido de ¡qué bien te conservas! y le entra un nosequé de vejez prematura, es la prueba del nueve que te demuestra lo rápido que el tiempo pasa. ¿Tanta edad tengo para que empiecen a medirme y compararme con cómo debiera estar? Esa es la pregunta toca... que ronronea en mi interior.

Y, sin embargo, la historia que hoy les traigo del brazo no tiene esa doble lectura sino una más sencilla y feliz. Ayer se levantó la persiana de La Conservera, la tienda delicatessen de la compañía Frinsa, nacida en 1961 en Ribeira, allá en la cara norte de la ría de Arousa (A Coruña). Lo hizo en otra desembocadura: la de la calle Ledesma en Astarloa, en el número cinco de esta última. Es un paisaje urbano espléndido, tratándose de cosas del comercio, donde Paz Varas ejercerá de maestrante. Contaba Juan Carlos Silva, responsable de Frinsa, que es la sexta tienda abierta en el Estado tras las dos de Madrid, la propia de Ribeira y otras dos en Murcia y en Valencia y que el local, pese a sus dimensiones, llega con vocación de dinamizar y transmitir lo que les palpita en el corazón: que las conservas son preciados lingotes de los frutos del mar, de la ría gallega; desde los berberechos a las zamburiñas, pasando por las almejas, navajas, sardinillas, atún claro, bonito, ventresca o pulpo, todo ello regado con Pazo de Señorans. Es recitar la carta y aguársele la boca a uno...

hermoso puerto La tienda evoca a uno de esos hermosos puertos, repletos de belleza y alta gastronomía, de la costa cántabrica, de la costa amalfitana, de la costa brava, de tantos y tantos sitios. A su alumbrado acudieron, además de los citados, el director de expansión de la casa, Carlos Acha, Dorita González, Jorge Pérez, Elena Andrés, Gerardo Maza, capaz de hacer con cualquier conserva una torre Eiffel para el paladar, Igor Cubillo; Iban Cachorro y Demetrio Padilla, en nombre de IMQ, Alexia Larrea, José Luis Gutiérrez, Gorka Esturo, Yolanda Negueruela, Manu Pérez, Carlos Mendizabal; la estilista del cabello, Yolanda Aberasturi, acompañada por Alberto González. Alberto San Antón, Leire Morán, Natalia Zubizarreta, Alfredo Sanz, María Mestraitua, Miguel Ángel Varas y un buen número de asistentes que disfrutaron de la puesta de largo que se extendió al local vecino, el Promenade, allá a la vuelta de la esquina, en la calle Ledesma, donde también estuvieron presentes Josean Lekue, Marta y Marian Frade, Begoña Beaskoetxea, Javier Otalora, Toño Foraster, Javier Mendizabal, Berta Madariaga, Juan Carlos Izagirre, María Luisa Arana, Luis Astorkiza, José María Sánchez, Esther Palacios, Cristina Olaizola, María Jesús Igartua, Alicia Uribe, Carolina Sanz y un buen número de invitados que disfrutaron de un encuentro entrañable. A todos ellos les encontré, como les decía al principio, muy bien conservados. Ahora solo falta que podamos decir lo mismo del local en un futuro muy, muy lejano.