Marta Hernández
Gorliz - “¿Que por qué? Porque, para mí, mi pueblo es la vida”. Con tal argumento, un corazón al descubierto se ha plasmado en páginas literarias, en las del libro Gorliz, nire herria, Gorliz nire jendea. La emoción, de manera literal, aparece en los ojos de su autor, Andoni de Bedialauneta, al hablar sobre algunos de los capítulos y de los protagonistas de esta enciclopedia gorliztarra -sobre todo, de su amama, de la hija que perdió en un accidente con 30 años o de los amigos que ya no están...-. Es una radiografía interior y exterior de Gorliz, que le ha supuesto siete años de trabajo, y de amor, claro.
La obra es más que un mapa localizador de las casas históricas del municipio, ya que Andoni entra en ellas y cuenta quiénes vivían allí y muchos más datos. Se trata de un paseo por el pasado para que se preserve en el futuro. Caminar en el presente, por las calles de la localidad junto a Andoni es ya una lección de historia local, su memoria conserva en cada milímetro conocimientos de los rostros y los ladrillos que han construido este rincón de Uribe Kosta. En su libro, ha recogido el DNI de 225 casas y caseríos de más de 50 años. Por ejemplo, este maestro industrial, electricista y profesor de autoescuela jubilado narra la historia del hogar Zeru Bide, que era de uno de sus antepasados. “Se sitúa donde estaba el antiguo cementerio; el que terminaría siendo su dueño puso una peseta más para llevarse el terreno que el que ofreció más, se hizo la casa y le puso el nombre camino del cielo por estar en ese lugar”, comenta Andoni.
Pero Gorliz, nire herria, Gorliz nire jendea -que se puede adquirir en la librería Etxebarria del municipio, o en los teléfonos 943 79 77 22 y 670 22 89 05 015- es más que un estudio arquitectónico y familiar, con imágenes y letras, pues el libro también cuenta con datos e historias de lo más curioso. “Incluyo un listado de vecinos que tienen el mismo nombre y primer apellido: José Bilbao y María Bilbao. Y también, los nombres de los matrimonios de hermanos con hermanas, que son catorce. Algunos están vivos aún”, indica Andoni. Entre los episodios con tintes algo rocambolescos se encuentra el relato del fantasma del sanatorio. “Una noche, una chica que trabajaba en el sanatorio de Gorliz, volvía a su puesto de trabajo y en el camino le salió un fantasma, ¡un hombre, con una sábana! Casi le da algo, echó a correr... ¡Es txirene! Se lo contó a su aita y al día siguiente fue con ella. Cogió una repetidora que tenía, cargó y la acompañó. Salió el fantasma e hizo el otro: ¡Pim, pam, pum! al aire. Salió escopeteado y nunca más se supo...”, cuenta Andoni.
Algún acontecimiento de índole más oscura también aparece reflejado en las páginas de esta publicación de cariñoso blanco y negro y de actual colorido. “Hubo un parricidio en Gorliz a finales de los años 70, un hijo que mató a la madre. Era una familia andaluza queridísima en el pueblo. El hijo, que se iba a ir a la mili, agarró un hacha y... Los vecinos quedaron muy afectados. Tuvieron que venir los psicólogos a tranquilizar al pueblo”, describe este investigador de Gorliz en pretérito.
Perseguir una meta Andoni, que físicamente vive en Arrasate pero sentimentalmente en Gorliz, ha empleado mucho material familiar para dar forma a este proyecto que rondaba en su cabeza “desde hacía 25 años”. También ha pedido fotografías a vecinos, y algunas hasta las ha tenido que pagar. Ha charlado con la gente, ha rebuscado en sus recuerdos, y ha consultado todo aquello que tuviera esconder tras de sí historia. Todo para encuadernar veinte capítulos en los que caben fotos de bodas, de coros, de personas famosas, como Jaime Busto o Herri Torrontegi... Hay, incluso, una instantánea de la peregrinación de Gorliz y Lemoiz a Arantzazu en 1956 “y también cito a familias que veraneaban aquí, porque ellas también son Gorliz”. “Si por mi fuera, habría hecho un libro de mil páginas”, afirma Andoni, feliz.