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El aizkolari Julián Larrea, de 85 años, demuestra garra en La Arboleda

El aizkolari Julián Larrea, de 85 años, demuestra garra en La Arboleda

trapagaran - El próximo día 12 de noviembre el aizkolari trapagarandarra Julián Larrea Castañares cumplirá 86 años de edad y aún conserva la garra de luchador incansable que le ha acompañado toda su vida. Ayer, este enorme deportista y mejor persona nacido en el barrio de Ugarte, aunque vinculado al barrio barakaldarra de Gorostiza desde que contrajera matrimonio, lo volvió a demostrar en el desafío que mantuvo con su nieto Julen Larrea, quien curiosamente también cumplirá años -19- el día 21 de este mes.

Sendos troncos de chopo de dos metros y 1,70 metros de circunferencia, respectivamente, pusieron en liza la destreza y la habilidad forjada a lo largo de los años contra el ímpetu de la juventud en un lance que congregó a un gran numero de personas que se acercaron a disfrutar de la feria agrícola y ganadera de La Arboleda. Hachas australianas para ambos contendientes que dieron lo mejor de sí para partir los troncos en poco más de 10 minutos. Al final ganó la afición pues, como resaltaba a DEIA el creador de una saga que ha alcanzado ya la tercera generación -algo inaudito en el mundo-, “los herri kirolak, y entre ellas la aizkora, definen muy bien nuestra esencia como pueblo que transforma una labor antigua y cotidiana del baserri en un deporte”, señala este abuelo que desde su caserío de Gorostiza enseña a los escolares barakaldarras las esencias del caserío a través del programa Ezagutu Barakaldo. “Yo me lo paso casi mejor que ellos”, señala este hombre que habla con orgullo de su hijo Armando Larrea, entrenador del actual campeón estatal Aitzol Atutxa y, como no, de su nieto Julen, del que apunta “que a pesar de que hoy los jóvenes tienen muchas comodidades, él tiene muy buenas maneras y sabe sacrificarse para alcanzar su logros” y al que, como a cualquiera que quiera hacerse un hueco en este exigente deporte, le recuerda una serie de “consejos”.

Hacer vivir “Hay que entrenar, comer, descansar, beber mucha agua, comer mucha fruta y hacer mucho caso a los que te rodean. Hay que vivir y hacer vivir a los demás, algo que por desgracia hoy día se está borrando”, reseña este hombre, que cuenta con numerosos y variados reconocimientos por parte de diversas instituciones a las que no duda en reclamar “que apoyen nuestros deportes tradicionales. A veces da la impresión, sin desmerecer a nadie, de que hay apoyos para algunos deportes y para otros como la aizkora no tanto”.

Para Julián está claro que el corte de troncos, dentro del amplio catalogo de modalidades, como el levantamiento de piedra, el arrastre, etcétera, es -además de la más antigua de las que se ofertan en ferias y festejos- “uno de los deportes que más atraen al público en general y a pesar de ello no parece valorarse por parte de las comisiones de fiestas”.

A entender de este veterano aizkolari, uno de los puntales sobre los que debe pivotar el herri kirolak es “el respeto”. “Tienes que estar muy bien preparado y tener respeto a los que te rodean, al público, y para ello hay que venir bien preparado, sabiendo lo que estás haciendo y dispuesto a dar el cien por cien”. Palabra de maestro.