Como si de un moderno Alonso Quijano se tratara, el berangotarra David Ríos, mejor bartender del mundo en 2013, recorre el mundo armado con su quijotesca coctelera intentando convencer a los mortales de las bondades de una buena mezcla de destilados base, zumos, frutas, siropes, tónicas... imaginación y cariño. “La gente en España y en Euskadi no sabe muy bien lo que está pasando en el mundo de la coctelería porque aquí no hay esa cultura. Sin embargo en ciudades como Nueva York o Londres la coctelería es religión”, apunta este sencillo padre de familia al que fuera de nuestras fronteras le consideran como el Ferrán Adrià de la coctelería.
“Aquí todo el mundo habla de la gastronomía, tenemos el mejor restaurante del mundo ahora mismo. Todo el mundo conoce a España y al País Vasco en este caso por la gastronomía y cuando viajas por el mundo te preguntan como un tío que es el mejor del mundo en hacer cócteles, el mejor barman del mundo, no trabaja como los grandes cocineros que hay en este país, porque no vais de la mano si esto se esta haciendo en todo e mundo”, añade este joven que a sus 39 años ha dado varias vueltas al mundo dando clases magistrales y que esta semana estará en Madrid en un bootcamp donde los 16 mejores cocteleros jóvenes de Europa llevarán a cabo un entrenamiento dacroniano.
“Durante 3 días les hacemos unos entrenamientos de 24 horas, como en la guerra, con todo tipo de técnicas, formas de hablar, formas de actuar, reglas... Es una forma de prepararles para la final del Mundial que tendrá lugar en la sudafricana Ciudad del Cabo a finales de agosto. Campus como este se hace en países de Asia, de Latinoamérica y de Europa. De hecho la semana pasada me llamaron para ir al Este de Europa pero les dije que no, que necesitaba unos días para estar con mis hijos”, reseña este padre de mellizos, niño y niña, nacidos poco antes de convertirse en el mejor bartender del mundo.
Pruebas Las clases que impartirá David Ríos, propietario del café Kobuk del barrio baracaldés de Urban, van destinadas a sobrevivir a una competición mundial que dura una semana. “La competición dura un año, desde que llegas a ser campeón de tu país a representarlo a nivel mundial. La competición mundial dura una semana y tiene ocho pruebas. Hay pruebas que son de maridajes, pruebas de rapidez (ocho cócteles diferentes en ocho minutos), con técnicas diferentes, pruebas sorpresas como abrir una caja y con lo que haya en su interior hacer un cóctel, pruebas de mercado de ir a comprar con el dinero que te den y hacer un cóctel inspirado en el Mediterráneo o en los bares clandestinos de Estados Unidos?Todo lo que te puedas imaginar”, explica David, quien aún se siente abrumado por la fama que le ha aportado el título mundial.
‘GIN-TONIC’ Un titulo logrado tras superar a 15.000 mixólogos de todo el mundo -300 del Estado- y que estuvo precedido por el de campeón estatal e internacional de gin-tonic en 2010 y 2011. “En el campeonato mundial se busca a una persona que sea completa, porque puedes ser muy bueno técnicamente pero igual no tienes ni idea de conocimientos de destilados. Entonces se busca de todo, que sepas de destilados, de servicio, técnica, que sepas hablar, que sepas ser un anfitrión delante del jurado. Al final es lo que vas a hacer detrás de una barra pero delante de los mejores jurados de mundo y 400 personas alrededor tuyo”, destaca este barman que lleva más de veinte años detrás de la barra y cree que el futuro del cóctel pasa por un mayor maridaje con la gastronomía. “La coctelería es similar a la gastronomía. Es la misma historia que cuando un cocinero te intenta trasmitir diferentes sensaciones en un plato; esto es lo mismo solo que nosotros lo hacemos en una barra. Si un cocinero juega con aromas amargos, nosotros también. Quiero que sea un cóctel inspirado en el amanecer de la playa de Sopelana y eso te lo tengo que transmitir en un cóctel, en una barra y a la vez poniendo cafés”, subraya David, quien ha preparado cócteles en la ONU o en el Teatro Real de Madrid, en los premios Goya o en la Ryder Cup y que lamenta que en Euskadi el mundo de la mixología se centre casi exclusivamente en el gin-tonic.
Para David hoy día hay un gran futuro, un nicho de mercado para la coctelería, “buscando un balance entre la calidad de los productos, el servicio y el precio. Un cóctel no es para la batalla, es para obtener un placer en la copa”.