Bilbao - Reconoce que se siente más cómodo entre cepas -terrenos en los que crece la uva con la que elabora el txakoli familiar Magalarte- que delante de los periodistas. “Esto no es fácil, pero intentaré explicar todo lo mejor posible”, comentaba ayer Iñaki Aretxabaleta, desde diciembre, nuevo presidente de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina. Un cargo que ha aceptado con ganas y que lidera junto con un equipo de profesionales, todos conocedores del producto; el vicepresidente es el enólogo, José Ramón Calvo.

Con ilusión todo es más fácil, ¿no?

-Por supuesto. Es clave para seguir trabajando en un proyecto que, como es la producción de txakoli, va más allá del puro negocio.

Excepcional. Así han calificado la calidad del vino de 2014.

-Es muy bueno. Estamos muy contentos con el txakoli que hemos elaborado. Es un producto fantástico y, además, la cosecha de 2013 fue muy escasa y este año hemos conseguido bastantes litros más.

¿Tendremos txakoli en diciembre?

-Sí. El año pasado el txakoli empezó a escasear en septiembre.

Lo mejor es probarlo, ¿no?

-Sin lugar a dudas. Podemos hablar del txakoli horas, de lo bueno que es, de sus características, pero lo mejor es probarlo.

El objetivo que se han marcado es captar nuevos consumidores. Jóvenes y mujeres. ¿Las mujeres no lo consumimos?

-Entre los jóvenes no se bebe mucho txakoli y entre las mujeres, aunque sí tenemos bastantes que lo hacen queremos captar a muchas más. Porque si ellas consumen txakoli, sus parejas y amigos también lo van hacer.

Poder de seducción también a la hora de potear.

-Así es. En las cuadrillas en las que ellas beben txakoli, ellos también lo terminan bebiendo. Es clave para ampliar el consumo.

El otro día me sirvieron un txakoli en vaso.

-Eso es un crimen. El txakoli es un gran vino y por lo tanto hay que tratarlo así. Todos los años, junto con Laboral Kutxa, premiamos a la hostelería (bares y restaurantes) que mejor tratan al txakoli. El txakoli de Bizkaia no se escancia ni se sirve en vaso. El consumidor debe saborearlo en copa.

¿El cliente debe exigirlo?

-Por supuesto. Es la labor de todos. Nosotros intentamos realizar demostraciones, catas en bares para que se conozca el producto que tenemos. El cliente debe exigir ese trato en los bares.

¿En Bizkaia está valorado?

-Sí, no conozco a nadie que no reconozca al txakoli por su calidad.

Pregunta obligada, ¿subirá el precio este año?

-Es una decisión que toma cada una de las bodegas, pero si el año pasado, con la escasez que hubo, no se optó por subir, no creo que este año se vaya a hacer.

Hay quien se niega a beberlo por su precio.

-Si la gente supiese el coste que tiene su producción cambiaría de opinión. No podemos competir con el precio; a otros les sale mucho más barato sacar el vino. Por eso, tenemos que seguir trabajando por la calidad, esa es la clave.

¿Continúan con los controles en las bodegas?

-Sí, porque las 46 bodegas que están integradas dentro de la D. O. deben garantizar que el producto que sale de sus instalaciones y llega al consumidor es excelente, en todos los sentidos.

¿Cómo se enfrenta a esta nueva etapa como presidente de la Denominación de Origen?

-Con ganas, con muchas ganas. Somos un equipo joven que tiene claro por dónde hay que avanzar para seguir en la comercialización y modernización de un producto con arraigada historia.¿Cómo está la relación con Burgos?

-(Risas). No tenemos relación con Burgos ni queremos hablar de ello. Ellos hacen su producto, su vino y nosotros txakoli. Hasta ahí, no vamos a darle ninguna publicidad. Nosotros a lo nuestro.