LA gran lección de la infancia se aprende tarde, a lo largo del resto de tu vida. “Obedeced más a los que enseñan que a los que mandan”, eso es lo que debiera escribirse con tiza (o con lo que sea que se escriba en la era de las pizarras digitales...) en los muros de cualquier centro de enseñanza que se precie. Y eso que, escuchando a un gran maestro como Aristóteles, aún habría algo más que añadir. “Enseñar no es una función vital, porque no tiene el fin en sí misma; la función vital es aprender”, dijo. Otra gran lección.
Vienen al caso todas estas reflexiones en días como el de ayer, cuando fue inaugurado el curso 2015 del programa Ikusi eta Ikasi, impulsado por el Área de Euskera, Juventud y Deporte del Ayuntamiento de Bilbao, con la colaboración de la federación de asociaciones de euskera Topagunea. Todo sucedió en el Centro Cívico de Basurto con el espectáculo infantil Izeba Tekla, un show ideado por Xabier Lizaso con dos instrumentos de primera magnitud: un piano y la imaginación de los niños, superior al prodigio del más avezado luthier.
Les explico. Lizaso propuso a los más pequeños un concierto participativo y didáctico con el fin último de que estos aprendan a través de la música y el juego. La obra, el concierto didáctico, está estructurado en cinco juegos de distintos tipos: individuales y de grupo, para trabajar la atención o centrándose en el oído. Ya desde el comienzo, cuando a través de las melodías que interpretaba los niños recreaban en su imaginación la estampa de diversos animales, saltó la chispa, la magia de la enseñanza.
hipnosis La música hipnotizó a los niños, fijó su atención hasta el punto de lograr que buena parte de ellos se llevasen a casa una canción y emocionantes experiencias. En el espectáculo participaron padres y niños, desde Leire Arce, Unai Ballarin y Aitziber Careaga junto a los pequeño Iratxe Fernández, Uxue Ballarin y Markel Ballarin, pasando por Ixone Madariaga, Izaskun Arrieta, Mikel y Saioa Etxebarria, Idoia Azkunaga, Matxalen Ortega, que no pudo contener el llanto, Kirmen Zubizarreta, Edurne Martín, Ainhoa Gartzia, Garbiñe Zudaire, Naiara Trueba, con la pequeña Miren en brazos; Naiara Iscar; Esti Bilbao y Aritz Landa, monitores del centro; Xabier y Ander Gordejuela, Nekane Astrain, Miren y Uxue Escalza y un buen número de pequeños que veían un elefante bajo las teclas de un piano -esa fue su primera imagen...- y salieron de la escena como uno se imagina que saldría de un gran cuadro: feliz y cantando.