Un cuarto de siglo viviendo separados, pero colaborando en numerosas cuestiones juntos. Iurreta celebra el 25 aniversario de su desanexión del municipio de Durango. Fue el 12 de noviembre de 1926, durante la dictadura de Primo de Rivera, cuando la joven localidad se anexionó a la villa durangarra. Al parecer, y según recogen los documentos de entonces, este hecho fue impopular y duramente rechazado por sus vecinos. El derecho a decidir llegó el 15 de julio de 1989 con el referéndum que respaldó la desanexión. “El pueblo pudo hablar y logró lo que perseguía. Recuerdo que fue un gran esfuerzo y entre todos conseguimos recuperar nuestra propia identidad. La gente ha trabajado mucho para que el municipio siga creciendo y entre todos hemos hecho el Iurreta de hoy”, apunta José Martín Etxebarria, alcalde que llevó a cabo el proceso de desanexión.
Los problemas de abastecimiento de agua que padecía el municipio supusieron uno de los principales motivos que llevaron a Iurreta a casarse con Durango. En noviembre de 1926 y como símbolo de que se cumplía uno de los grandes objetivos perseguidos, se trasladó la fuente ubicada junto a la iglesia de Santa María a la plaza iurretarra. Cuando en 1990 llegó la desanexión, los durangarras reclamaron su fuente y esta volvió a su lugar original el 8 de diciembre de 1989. Actualmente puede verse junto a la iglesia de Santa María de Durango con una inscripción en su base, en euskera y castellano: Me llevaron un 12 de noviembre de 1926 y me volvieron a traer el 1 de enero de 1990.
El municipio de Iurreta se desanexionó de Durango oficialmente el 1 de enero de 1990. El proceso de separación se extendió dos años. Durante este tiempo, comisiones gestoras de ambos municipios debatieron para alcanzar el propósito. “Había un objetivo claro que era que Iurreta volviese a ser un municipio independiente. Fue un proceso largo con muchas horas de trabajo y en algunos aspectos difícil, pero que finalmente vio la luz. Cuando llegó la democracia Iurreta entendió que la anexión a Durango se había realizado un poco a espaldas del sentir mayoritario de sus vecinos y que era necesario volver a recuperar su propia identidad. En la actualidad, muchos vecinos de Iurreta desconocerán que durante muchos años formaron parte del municipio de Durango”, explicó Pilar Ardanza, entonces alcaldesa de la villa durangarra y actualmente Diputada de Acción Social.
Trabajo conjunto Las relaciones cordiales entré Iurreta y Durango se dejan entrever, demostrando que aquellas viejas rencillas se han superado y el trabajo en colaboración es total para que ambos municipios sigan creciendo en su día a día. “Independientemente de las buenas relaciones personales entre ambas alcaldías, lo cierto es que mantenemos una excelente coordinación entre ambos municipios ya que aquello que nos une, que es la mejora de la calidad de vida de nuestras respectivas ciudadanías, es lo que nos mueve de manera fundamental. De ahí que haya sido posible trabajar en conjunto en proyectos como el que ha unido los carriles bici de Iurreta y Durango de manera coherente y armónica. No se trata de un hecho aislado. Encaja perfectamente con la cordialidad existente a nivel comarcal”, añade Aitziber Irigoras, alcaldesa de Durango.