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La coleccionista de la suerte

Mariasun Pérez, de Barakaldo, colecciona décimos de lotería, los más antiguos datados en 1936 La colección cuenta con cerca de cien ejemplares, que en su mayoría consigue a través de Internet

La coleccionista de la suerteTamara de la Rosa

barakaldo - Unos amigos fueron los culpables de que Mariasun Pérez se enganchase al coleccionismo. Y eso que su marido es el presidente de la Asociación Filatélica de Barakaldo. “A mí lo del coleccionismo no me gustaba precisamente por eso, de tanto verlo en casa”, narra. Pero al final, quizá porque el destino es caprichoso, Mariasun cayó, y hoy cuenta en su haber con cerca de 100 décimos de la Lotería Nacional. “Pero de los antiguos, que son grandes; de los de ahora no quiero ninguno”, advierte.

La buena energía que desprende esta barakaldarra se contagia en segundos; el mismo tiempo que tarda una en quedarse maravillada con el diseño y el tamaño de aquellos décimos -al menos tres veces más que el de los actuales- en los que muchos padres y abuelos pusieron sus ilusiones. “Eso fue lo primero que me llamó la atención de los décimos, y lo que me hizo querer buscar más”, asegura con una sonrisa. Los primeros cupones que pasaron por sus manos fueron un regalo. “Eran una edición especial, del año 63 en los que se veían juegos de mi niñez: la Oca, las damas, el diávolo...”, narra, describiendo de memoria esas láminas, ahora colgadas en la pared de su casa.

Mariasun es miembro de la Asociación Española de Coleccionistas de Lotería y de la sociedad que preside su marido, Francisco Javier de Sebastian Sanz. Una caja de cartón y unos sobres transparentes protegen su colección de la suerte, en la que no le consta tener ningún décimo premiado “porque esos seguro que los han cobrado”. Pero curiosamente ella no es una jugadora empedernida de la lotería. “Por estas fechas, siempre compro algo para jugar en Navidad y Reyes, pero luego no me vuelven loca estas cosas”, apunta. Lo que sí compra durante el año son décimos antiguos. De esos cuyo valor no es millonario, sino histórico y sentimental. “Busco mucho en internet para poder encontrar los décimos que me faltan y sobre todo, lograr un buen precio”, explica. El coste de cada pieza de su colección suele rondar los 4 euros. Al año se realizan 36 sorteos de lotería, empezando por el de El Niño y terminando por el de Navidad. Mariasun está apunto de completar los 36 décimos de los años 1958, 1959, 1960, 1961, 1962 y 1963. “Tengo casi las series completas”, sonríe orgullosa. En cambio, hay unos años que se resisten porque son muy difíciles de encontrar y por el alto precio: de los décimos que preceden al año 1936. “Hay pocos y los que hay, son muy caros”, subraya Mariasiun.

Temáticas Entre los grandes décimos que colecciona esta barakaldarra se pueden encontrar motivos tan diversos como una sardinera o ángeles. “Hubo una época, de 1938 a 1960 en las que en todos los décimos únicamente aparecía impreso el escudo de España”, explica la coleccionista. Esa regla, como todas, también tenía su excepción y el escudo se borraba para los sorteos especiales, como el de la Cruz Roja, Navidad o El Niño, dejando paso a motivos más alegres.

Mariasun desconoce la cuantía del premio que se repartía por aquel entonces, pero lo décimos que expone en vitrinas marcan precios oscilantes entre las 15 y las 50 pesetas -en función del año-. Si el décimo estaba comprado para Navidad, el desembolso ascendía a las 200 pesetas “que era mucho en la época”.

El formato de los décimos actuales comenzó a comercializarse en el año 1964. Pero esos, los pequeños y naranjas, ya no interesan a esta coleccionista de suerte.