Los secretos de Vista Alegre
El lunes comenzaron las visitas guiadas a la plaza de toros, una iniciativa del Ayuntamiento que se enmarca en el programa Bilbao Izan. DEIA tuvo la oportunidad de descubrir las entrañas de Vista Alegre con el primer grupo guiado
JOSÉ y Josefa viven muy cerca de la plaza de toros. Les encanta el ambiente que se crea durante Aste Nagusia con motivo de las corridas. Disfrutan viendo desde el balcón de su casa la llegada y salida de las cuadrillas, de los toreros, de las comparsas, de los aficionados... "Es toda una fiesta", dice José. Una fiesta vista desde fuera. Por eso, cuando se enteraron de que el Ayuntamiento organizaba visitas guiadas para conocer el interior del coso bilbaino, este matrimonio no dudó en apuntarse. Así que el pasado lunes, José y Josefa formaron parte del primer grupo de las visitas. Tanto ellos como el resto de los participantes quedaron muy satisfechos por haber visto la capilla donde rezan los toreros, el apartado donde se sortean los morlacos o un capote con dibujos de Goya expuesto en el museo de la plaza. "Ha sido muy interesante", comentaba Josefa al finalizar la visita. Y como se apuntan a todo, porque ella se acaba de jubilar y quieren mantenerse "activos", ya están pensando en las próximas visitas guiadas que organiza el Área de Cultura y Educación, que serán el mes de septiembre al hospital de Basurto.
La cita era a las 11.00 de la mañana en la entrada principal de la plaza. Y a esa hora comenzó la visita porque la puntualidad es una de las virtudes de las personas que toman parte en este tipo de actividades. Por tanto, Aitziber, la guía, comenzó las explicaciones tras repasar la lista de preinscritos. Al final, el grupo estuvo compuesto por 24 personas, ya que seis fallaron a última hora. La visita arrancó en el patio de cuadrilla. Allí explicó la joven guía que el patio era el lugar donde toreros y subalternos esperan el momento de hacer el paseíllo antes de las corridas. Sus paredes están decoradas con los hierros de las ganaderías que son propiedad o tienen relación con vascos, aunque los cuarteles generales de las reses estén fuera de Euskadi. Pero lo que más llamó la atención a los visitantes en el patio de cuadrillas fueron las cabezas disecadas de dos toros. Sobre todo, el de Tomillo, que tiene el honor de estar colgado en la pared porque ha sido el toro que más kilos dio en la báscula de Vista Alegre. Exactamente, 716, y fue lidiado por Eduardo Dávila en 2004.
Arena negra
Del patio de cuadrillas el grupo salió al ruedo. Todos coincidieron en la espectacularidad de la plaza y en "la impresión que tiene que dar estar aquí con un animal que pesa más de 500 kilos", tal y como comentaba uno de los visitantes. La guía aprovechó el momento para hacer un poco de historia. Les dijo que Vista Alegre es una plaza de "primera" porque celebra más de seis corridas al año y tiene un aforo de más de 10.000 personas, condiciones estas para alcanzar la máxima categoría. El coso bilbaino tiene capacidad para albergar 14.725 personas. La actual plaza fue construida en 1962 en un tiempo récord de algo más de nueve meses, después de que las llamas acabaran un año antes con la anterior, que había sido construida en 1882. La leyenda urbana dice que una colilla mal apagada provocó el incendio, aunque algunos de los asistentes a la visita, conocedor de la historia de la plaza, aclaró que "en su tiempo se dijo que fue intencionado". La arena negra, seña de identidad de Vista Alegre, también requirió la curiosidad de los visitantes. La guía explicó que no era arena sino piedra molida de las canteras de Orozko.
Una vez contemplado y fotografiado el coso, el grupo tuvo la oportunidad de conocer la capilla, un lugar sagrado al que solo pueden acceder los toreros el día de la corrida. De las paredes de la capilla cuelgan litografías de Goya e imágenes religiosas. Por ejemplo, la de San Martín de Porres, que la llevó el diestro Juan José Padilla, como muchos otros toreros que viajan con sus imágenes, y decidió dejarla en la capilla de la plaza bilbaina.
Museo
La capilla acaparó mucho la atención de los visitantes, ya que es un lugar poco conocido por el público, pero quizá más la siguiente parada de la visita guiada: el museo. Allí pudieron ver un traje goyesco de Antonio Ordóñez, las banderillas de tela que confeccionan artesanalmente desde hace generaciones la familia que vive en el interior de la plaza, el toro Ofendido, que fue disecado porque se le rompió el asta en los primeros pases de la corrida, o la maqueta de la vieja plaza de toros. El museo ofrece un interesante recorrido por la historia de Vista Alegre a base de textos, fotografías y objetos.
Al final de las dependencias que utiliza el museo se encuentra el comedor, que es donde los miembros de la junta administrativa degustan rabo de toro y otras exquisiteces. Del comedor se accede a una terraza desde donde los integrantes del grupo pudieron ver los corrales y el apartado. Y allí finalizó la visita. Todos quedaron muy contentos, como Txaro, Begoña y José, que no son aficionados a los toros, pero les gusta conocer lugares emblemáticos de Bilbao. Y no quisieron perderse la posibilidad de descubrir los secretos de Vista Alegre.