UNO de los supervivientes del Bilbao de ayer, de hoy y de siempre es la galería Bay Sala, un lugar mágico que resiste a los embates de la crisis y de la modernidad, un cenáculo al que acuden los artistas cada vez que levanta sus persianas. Ubiquémoslo: se encuentra en Pozas, a la altura de la plaza Bizkaia, junto a la librería Elkar. Es lo que ocurre con las leyendas cuando no son de hoy mismo: hay que recordarlas. Juan Bayón es el hombre que ha mantenido en pie ese templo del arte durante décadas. Ayer se supo que Enara Bayón, llevará las riendas de la galería. Hay que desearle todo tipo de buenas venturas, ahora que comer del arte se ha puesto por las nubes.
Ayer fue uno de esos días. Una de esas tardes en las que un artista inaugura una exposición en la galería. Lo hizo Martín Ballesteros, un pintor con una premonición a cuestas. No por nada, el cuadro que ilustra la portada del catálogo de la exposición, Visiones de la ría y otros temas, recrea una playa inquietante y parece sacado de una bola de cristal tras los temporales de estos días. No por nada se titula Después del Tsunami y fue pintado hace cuatro años como testimonio de lo que es capaz de hacer eso que hoy se conoce como ciclogénesis explosiva. Martín, un grande, invita a pensar al espectador: dibuja las huellas de los camiones de limpieza sobre la playa de Ereaga, esas tremendas ambulancias de la naturaleza. Hoy el cuadro parece cobrar vida...
La exposición, sin embargo, no es una galería de desgracias sino un paseo amable por la ría. Desde la grúa Carola, enmarcada entre paréntesis por dos secciones curvas del puente Euskalduna, hasta la curva de Elorrieta, pasando por la ría dejándose ir bajo los puentes. A la cita, ya digo, fueron los artistas. Alejandro Quincoces, Julio Ortún, quien tomará el relevo de Martín y expondrá en esta misma galería a partir del 25 de marzo, el videocreativo Florentino López, Txintxu; la pintora Teresa Ahedo, a quien los temporales le han destrozado sus cuarteles de Castro, las maestras ceramistas Edurne García y Blanca Domínguez, el viejo león Manolo Delgado, otra artista en lo suyo, la ceramista Agurne García, el escritor José María Arenaza, el muralista Roberto Zalbidea, Teresa Aranguren, Pilar Gállego, el doctor Suso Espinosa, la diseñadora Beatriz F. L., Aketza Durañona, Iratxe Camio, Miguel Larrea, Segundo Sánchez, Santi Dueñas, Luis González, Ana Montero, José Luis López, María Jesús Fernández, Begoña Aláez, Ana Ortego, Conchi Abiego, Elena Mediero, Ángel Ureta, Begoña García Moreno, Maribel Miñón, Txema Domínguez, Jon Salaberri y una legión de gente que paseó por la ría, de orilla a orilla.