Bilbao

Todo el mundo espera la llegada de Olentzero con su saco lleno de regalos la noche previa a la Navidad. Sin embargo, la entrega de regalos se adelantó al mediodía para un viajero del metro y no fue el carbonero, sino un supervisor de Metro Bilbao, quien le dio la buena nueva.

El pasado 24 de diciembre, Joseba Segura, supervisor de Metro Bilbao, y una compañera conductora encontraron una mochila olvidada dentro de una de las unidades. En su interior, además de diversa documentación, había 2.400 euros. "Realmente fue mi compañera quien encontró la mochila en el suelo cuando revisó el convoy antes de iniciar el trayecto de regreso en la estación de Etxebarri", reconoce Joseba.

Como es habitual en estos casos, la mujer entregó el artículo en la estación de San Inazio antes de realizar un descanso. "Me la entregó a mí, que ese día trabajaba como supervisor en esa estación, y me avisó de que dentro había documentación", puntualiza Joseba.

Cuando el supervisor comprobó la bolsa descubrió mucho más que documentos. "Dentro había un pasaporte, el permiso de residencia, un permiso para salir del país y poder regresar, un contrato de trabajo y otro de alquiler de una vivienda. Todo a nombre de un hombre de unos 35 años y de origen argelino", enumera. Pero eso no era lo único que contenía la mochila. Además, Joseba descubrió 400 euros entre los documentos.

Joseba buscó un teléfono en la documentación mediante el cual poder dar con el propietario de la mochila. "Encontré un número de móvil y le llamé. Estaba en la estación de Etxebarri preguntando si alguien había encontrado una mochila", afirma Joseba, quien supone que el hombre abandonó el convoy y una vez fuera se dio cuenta de lo sucedido.

"Le pregunté si había perdido algo y respondió que sí, que había perdido algo muy importante. Estaba muy nervioso y le dije que estuviera tranquilo que la teníamos nosotros y que se acercara a la estación de San Inazio a por ella", recuerda.

La entrega

Alrededor de media hora después, el joven, acompañado por un amigo, se personó en la estación indicada. "Cuando llegó le dije que estuviera tranquilo que dentro de la mochila estaba toda la documentación y los 400 euros", relata Joseba, "se le cambió la cara". Pero no fue una cara de alivio sino de angustia, ya que según el propietario dentro de la mochila no había 400 sino 2.400 euros. "Entonces quien se asustó fui yo, pero sabía que la bolsa había ido directamente desde el metro, donde la encontró la conductora, hasta la oficina, por lo que debía estar ahí. Nosotros solo miramos la documentación para localizar al propietario, pero no revisamos más", comenta el supervisor.

El joven miró dentro de la mochila y encontró el dinero guardado en el interior de un sobre. "Se echó a llorar y me dio un abrazo. Estaba como un flan. El amigo que le acompañaba me contó que ese era el dinero que tenía para viajar a Argelia en Navidad, donde le esperaba su mujer, que estaba a punto de dar a luz. Nos dijo que le habíamos arreglado las fiestas", cuenta Joseba.

El joven agradeció "enormemente" su acto a los empleados del metro. Joseba y su compañera restan importancia, ya que forma parte de "su deber". "Por supuesto, nosotros no nos podemos quedar con el dinero. Todo lo que aparece lo registramos en una aplicación informática y cualquier empleado de la línea puede consultar el registro", asegura. En el caso de los objetos de valor, como en este caso, Joseba explica que se guardan en la caja fuerte y posteriormente se envían a San Inazio.

"La verdad es que nunca habíamos encontrado un objeto de tanto valor. Sí que aparecen móviles de última generación y una vez una chica perdió una cartera con 200 euros para el bono anual, pero nunca habíamos encontrado tanto dinero", concluye.