El dulce sabor del futuro
La escuela del Gremio de Pasteleros de Bizkaia ofrece a 90 alumnos la posibilidad de aprender un oficio y de aprobar la ESO Las clases están totalmente subvencionadas por este colectivo y el Gobierno vasco
Bilbao. Mariana se afana por extender la masa con mimo y esmero. Está preparando un pastel, mientras su profesor observa su trabajo con atención. A sus 17 años, Mariana se prepara para ser pastelera -su gran pasión- en un comercio de Santur-tzi, aunque sabe que para ello necesita el graduado escolar. Por eso, su siguiente clase será Geografía. Su compañera Camila se encuentra en una aula contigua, preparando un escaparate y registrando los códigos de barras de varios productos en una TPV junto a un gran mostrador.
Ambas forman parte de los 90 alumnos que actualmente estudian en la Escuela Profesional de Pastelería de Bizkaia, situada en el alto de Estrada de Masustegi. Un centro poco común en Bilbao, completamente gratuito, en el que sus alumnos, a través del Programa de Cualificación Profesional Inicial, obtienen el título de la ESO, mientras se preparan para aprender un oficio muy demandado en los últimos años.
"Ofrecemos la posibilidad de que el alumno consiga el título de graduado en ESO junto a un título de cualificación profesional, como es el de auxiliar de comercio o almacén y el de ayudante de obrador en panadería o pastelería", señala Txelo Parrón, jefa de estudios de la escuela.
Este atípico centro está totalmente subvencionado por el Gobierno vasco y especialmente por el Gremio de Pasteleros de Bizkaia. Así pues, los alumnos solo tienen que encargarse de los uniformes y del material escolar.
Los cursos siguen el horario lectivo anual de un colegio, debido a que ofrece enseñanza reglada. "La escuela está dirigida a alumnos de entre 16 y 18 años que no tengan la ESO, aunque también tenemos dos de 15 años. Tanto el título de pastelería como el de comercio se componen de dos cursos. En cada uno, la mitad de las horas se dedican al taller de comercio, el trabajo en el obrador, y la práctica de lo aprendido a lo largo del curso, y la otra mitad a las asignaturas del graduado escolar, especialmente las que han suspendido en otros centros", explica Parrón.
Trabajo artesanal
Debido al creciente relevo generacional, el curso de pastelería es una opción que los estudiantes tienen en cuenta. El amplio obrador el centro les permite aprender todos los secretos de la masa para crear sabrosos productos de la manera más artesanal, una de las apuestas fuertes en el método de aprendizaje de la escuela. "Puede que sea algo que nos distinga el hecho de que les enseñamos a utilizar productos naturales y con la mano como principal herramienta de trabajo. Además participamos en muchísimas actividades extra escolares", señala Parrón.
"Les instruimos para preparar todo tipo de dulces, bollería, pastelería, repostería, y no sólo lo típico de aquí. Por lo general, a los alumnos les gusta muchísimo trabajar en el obrador" explica el profesor y Maestro Pastelero, Javier Jiménez.
Los exámenes son una parte importante en este curso. "No solo tenemos en cuenta el resultado final, observamos la disciplina y el tesón con el que realizan el producto. Los primeros días es inevitable que se les rompan o se les quemen lo que elaboran, pero a medida que avanzan y especialmente el último año, se nota una evolución muy positiva en los alumnos, en todos los aspectos", añade Jon Erezuma, uno de los nueve profesores con los que cuenta la escuela. Muchos de ellos son profesionales del sector que cuentan con su propio comercio, en el caso de Erezuma, una pastelería situada en Gernika. "Vengo desde allí cuando tengo libre para enseñar. Me gusta el trato con los chavales y con mi experiencia puedo enseñarles mucho", añade el Maestro Pastelero.
A partir de mayo del segundo curso, los estudiantes tienen la oportunidad de poner en práctica todo lo aprendido a lo largo de los dos últimos años. "Antes de finalizar los estudios de pastelería ofrecemos prácticas en varias de los 55 locales pasteleros asociados al Gremio de Pastelería de Bizkaia, responsable del centro. Son comercios muy famosos en Bilbao, conocidos por su calidad y su buen hacer".
Pero no solo de pastelería se nutre la escuela. El título de comercio para ser ayudante de almacén también gusta mucho a los alumnos del centro. Camila, que desea ser veterinaria en un futuro próximo, escogió esta forma de sacarse el graduado. "Es una manera de aprender un oficio, tener experiencia en la vida, mientras terminas tus estudios elementales. No es mi intención dedicarme a esto, pero sé que me servirá", explica la joven de 17 años de forma tajante. Al igual que los alumnos de pastelería, los estudiantes del curso de comercio dividen su horario entre las clases teóricas del graduado y las clases del taller del comercio. De esta manera, una de las aulas del centro está preparada con todo tipo de productos, menaje, mostradores, TPV (Terminal de Punto de Venta, o caja registradora), es decir, todo lo que se encuentra en un establecimiento normal.
"En este curso aprenden todo lo necesario para llevar un negocio, el almacenaje, los códigos de barras, el funcionamiento de las cajas, la colocación de los escaparates... Al final, realizan prácticas en grandes establecimientos", comenta Marijose Orozco profesora de Comercio.