Barakaldo. Acaba de cerrar la tercera edición de la feria Retro Clásica de BEC; un "auténtico museo" del vehículo del que José Enrique Elvira, director del certamen, se siente orgulloso.

¿Es fácil innovar en una feria que reúne vehículos retro?

Como en los coches, hay un primer paso que es el arrancar. Convencer a los expositores. Y luego viene la innovación. La dificultad depende de la plaza. En el norte siempre ha habido mucha afición a los coches tanto clásicos como de carreras y en Euskadi hay grandes colecciones. Por eso no parece muy difícil encontrar gente que te ceda coches e ir renovando. En otras plazas, con menos afición y volumen quizá cueste más pero creo que los coches clásicos en Euskadi tienen cuerda para rato.

Gusta mucho la gasolina por aquí.

Sí, en general en toda la cornisa cantábrica.

¿El mundo de los clásicos ha notado la crisis?

Sí. Es una de las grandes penas que tengo porque veo cómo se están yendo cantidad de coches y de piezas fuera del país ya que hay personas que no han tenido más remedio que vender. Ahora mismo hay muchos coches que se están marchando para Alemania, China, Rusia? Es patrimonio nuestro que está huyendo. Aunque también es cierto que hay muchas personas que lo buscan como inversión puesto que un vehículo bien conservado va ganando valor con el paso del tiempo.

¿Cuánto puede llegar a revalorizarse un vehículo?

Depende de muchos factores. Las piezas que se hayan fabricado, el caché de la marca, el palmarés deportivo... No hay un baremo pero tienen un crecimiento real.

Son como diamantes.

Desde luego. Si alguien se compra un coche y sabe mantenerlo y cuidarlo, es como una joya que va adquiriendo valor.

¿Es un hobby caro?

No. Cuando hablamos de un vehículo clásico es que tiene más de 25 años, ya sea una Vespa o una Harley. La entrada al mundo no tiene por qué ser pensando en miles y miles de euros. Hay piezas que están al alcance de todos los bolsillos.

¿Engancha?

Normalmente sí. No sé qué tiene, pero el que se mete aquí tiene bastante difícil salir, a no ser que llegue una crisis. Pero seguro que la afición te sigue quedando aunque no tengas ninguna pieza en tu propiedad.

¿Cuántos coches tiene en el garaje?

(Risas) A mí me gustan mucho los coches, nuevos y clásicos. Tengo dos que me cubren las dos facetas, un clásico y un deportivo.

¿Y qué se siente al volante de un clásico?

Es difícil de explicar. Conducir rápido me relaja. Cuando me apetece pasar un buen domingo por la mañana me gusta coger uno de mis coches e ir por la sierra a darle un poquito de caña.

Con cuidado y responsabilidad...

¡Claro! Con cuidado. Sin pasar de sesenta (risas).

Si no tuviera que pensar en el dinero, ¿qué coche compraría?

Buff (varios segundos de duda). Un Porsche 917K sería un coche que me encantaría tener. Hay tanto donde elegir que es difícil decantarse, pero me haría mucha ilusión tener uno en mi garaje y tan solo verlo todas las mañana.