Basauri
Severo Garcés y Venancio Sánchez forman parte de la gran historia del Basconia. No en vano, fueron el jardinero y utillero del club durante cincuenta años. Ambos conocían cada palmo del desaparecido campo de juego del equipo basauritarra, el Pedro López Cortazar. Y ambos estarán, aunque sea en espíritu, en el homenaje que Basauri brindará al extinto terreno de juego mañana, a las 14.00 horas, en el mismo lugar en el que se encontraba y que hoy acoge viviendas de protección oficial. En este acto, el mundo basconista descubrirá una placa con el escudo del club justo donde vivían ambos encargados de un terreno de juego que arañó su cien cumpleaños pero que no llegó a celebrarlo.
El Pedro López Cortazar nació en 1913 junto al equipo surgido de la fábrica siderúrgica que le dio el nombre. Sobre su césped, los basauritarras han visto jugar a grandes figuras como Iribar, Larraza, Argoitia, Fede Sáinz, Manolo Pascual o algunos más actuales como Fernando Llorente o Fran Yeste. El desaparecido campo, con sus 8.500 huecos para los fieles del equipo, fue testigo de los mejores años del Basconia, en la década de los cincuenta, cuando militó en segunda división desde 1954 hasta 1960 de forma ininterrumpida.
El López Cortazar presenció además el triunfo del Basconia sobre el Atlético de Madrid por 3 a 0, o las paradas del Chopo, que relanzaron al portero al éxito mundial. No cerró los ojos tampoco en los momentos duros, cuando el equipo perdió la categoría de plata e, incluso, descendió a Tercera. En esta división también vivió feliz con las alegrías que le dieron sus pupilos al quedar campeones de liga en esta categoría hasta en cuatro ocasiones.
Subir a Basozelai antiguamente para ver el fútbol era el plan principal en torno al que giraban los domingos en Basauri. Primero, tocaba tomar el café, la copa y el puro y después, entrar en calor animando al equipo. Entre los hinchas más forofos estaban el utillero y el jardinero. Tal era su fervor que, acabadas sus labores, hacían las veces de consejeros, animadores y controladores de los árbitros, quienes, cansados de sus gritos, les hacían objeto de sus iras en forma de tarjetas amarillas.
Los banquillos del Pedro López Cortazar también han atesorado talento. Javier Clemente, Patxi Rípodas, Felix Sarriugarte, Amorrortu, y una larga lista de nombres conocidos han vivido los partidos del Basconia desde los laterales del campo.
Fue en octubre de 2007 cuando las excavadoras empezaron a derrumbar sus gradas y tribunas, quedándose así a un paso de cumplir los cien años, una efeméride que celebra este año el club. Desde enero, el Basconia ha homenajeado a sus miembros ilustres. "No podíamos dejar la que ha sido nuestra casa sin su momento", explica el presidente del Basconia, Juan Ignacio Azurmendi.
Por ello, mañana subirá a Basozelai todo aquel que tenga un recuerdo del antiguo campo. Entre ellos, las familias de los fallecidos Severo y Venancio, el propio presidente del club, el alcalde de Basauri, miembros de las diferentes directivas y jugadores que han militado en sus filas.
Será uno de los últimos actos que celebre el club por su centenario. Restan para lo que queda de año la publicación del libro con su historia y un concierto lírico al que le faltan unos flecos para fijarlo en el calendario y que espera reunir a las sopranos de Basauri sobre el escenario de El Social. "Tenemos una comisión organizadora del centenario maravillosa a la que agradecemos enormemente detalles como el del sábado", alaba Azurmendi.